Mientras los grupos más vanguardistas se manifiestan contra el especismo y el maltrato animal, para la Municipalidad de Ushuaia  es un orgullo que las mujeres hayan participado por primera vez en una jineteada, evento en el cual los caballos son doblegados a fuerza de facón para ser sometidos a los designios del jinete y, por si fuera poco, el Municipio pondera la participación femenina en esa clase de crueldad como si fuera un mérito de igualdad de género.

La Secretaría de la Mujer, que actúa en toda la problemática vinculada a la Mujer, cooperó con la realización del encuentro tradicional que puso “en un pie de igualdad, tanto a varones como mujeres, en la jineteada y las montas especiales”, según indica la gacetilla oficial que la Municipalidad de Ushuaia envío en relación a la jineteada realizada el domingo pasado en el campo de Padín.  “Fue increíble la pasada de las chicas, fue impecable”, calificó Laura Ávila, titular de la cartera municipal, sobre la participación de las mujeres en el evento de destreza criolla. “Hay que trabajar para terminar con los estereotipos porque si a esta ciudad la elegimos, también la elegimos sin violencia”, marcó como objetivo para la inclusión de la mujer  en todos los ámbitos.

Es indiscutible el avance que hubo en los últimos tiempos con respecto a la erradicación de la violencia de género en el marco de un fenómeno atroz que viene siendo la cantidad de femicidios que se vino incrementando alarmantemente. Es inobjetable el proceso de empoderamiento de las mujeres, la toma de conciencia para defenderse delas injusticias a las que vienen siendo sometidas en una sociedad patriarcal y machista. Sin embargo, resulta triste que se resalte la figura de la mujer en un evento, heredado sin cuestionamientos de generación en generación, que perpetúa el maltrato a los equinos.

Llama la atención que esta visión lineal provenga de una funcionaria perteneciente a un sector político donde se promueven la sensibilidad y la preservación de la vida por sobre todas las cosas.

El artículo 10 de la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, dice que ningún animal debe ser explotado para esparcimiento del hombre y que las exhibiciones de animales y los espectáculos que se sirvan de animales son incompatibles con la dignidad del animal.

Ávila sostiene que “si a esta ciudad la elegimos, también la elegimos sin violencia”. No podemos estar más de acuerdo con dicha afirmación pero no podemos omitir que se rechaza la violencia a la vez que se ejerce violencia sobre otro ser vivo, más allá de que no se trate de un ser humano los caballos son seres vivientes.

Ya en 1970 el psicólogo Richard Ryder acuñó el término especismo para referirse a la discriminación moral basada en la diferencia de especie animal. Entre los humanos, la representación más común del especismo es el antropocentrismo moral, es decir, la infravaloración de los intereses de quienes no pertenecen a la especia Homo Sapiens.

El ámbito del entretenimiento es considerado especista por el uso de animales, en contra de su voluntad, para la diversión humana; diversión  sólo conseguida mediante el sufrimiento del animal. Por ende, desde la mirada antiespecista, estos actos de entretenimiento resultan innecesarios y abusivos, ay que el ser humano es capaz de disfrutar sin perjudicar a cualquier otro ser.

Desde la Municipalidad de Ushuaia señalaron que las mujeres que participaron en las pruebas tuvieron  actuación en la tradicional Fiesta de Jesús María, donde fueron discriminadas al momento de recibir premios. “Estamos colaborando con esta actividad, porque justamente es muy importante para visibilizar algunas situaciones en las que aún somos víctimas de discriminación las mujeres, porque es una actividad realizada exclusivamente por varones, donde en muchos casos ni siquiera dejan participar a mujeres en las destrezas y  donde persisten determinados mandatos”, expresó Laura Ávila.

Nos preocupan sobremanera los hechos discriminatorios y violentos entre los seres humanos. Y nos preocupan también que se reclame igualdad y no violencia a través de un acto en el que se ejerce violencia sobre otro ser viviente que al igual que los humanos sienten y sufren y ven coartada su naturaleza.

Repudiamos el maltrato a animal más allá del género de quien lo ejerza. Así como las sociedades han naturalizado el patriarcado, el machismo y la violencia; se ha naturalizado que este tipo de competencias sea ejercida por hombres y poco se los cuestiona. No nos empeñamos aquí en cuestionar la violencia sobre los caballos porque no aceptamos la igualdad de género en hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida; la cuestionamos porque no se puede reivindicar la igualdad ejerciendo violencia sobre otro ser vivo.

Esperamos que así como las mujeres han ido avanzando en la reivindicación de su rol en todos los aspectos de la vida, esta reflexión sirva para avanzar todavía más y propiciar modos de vida y tradiciones que no impliquen el sufrimiento de otros seres vivientes.