La breve fuga de los internos  Cristian Acosta y Daniel Vera de la alcaidía central de Ushuaia desató una revolución interna en el Servicio Penitenciario en cuyo seno quedaron en evidencia importantes falencias en materia de seguridad, respecto del actuar de algunos de sus integrantes.

A pesar de la inmediata recaptura de ambos reclusos, los alertas resonaron fuerte respecto de varias omisiones a la labor de resguardo de parte de integrante de la guardia durante la que se dio la fuga, así como la anterior y la posterior.

Pero las principales medidas se aplicaron en el horario en que se estima Acosta y Vera se escaparon de la alcaidía que fue el sábado a las 16 horas, según quedó constancia en cámaras de seguridad de la Policía en las inmediaciones.

Lo grave fue que en el registro fílmico del Servicio Penitenciario al momento del hecho no se observó nada, y es que precisamente el centro de monitoreo de la alcaidía no detectó que uno de estos reclusos el día anterior –el viernes- manipuló una cámara de seguridad que apuntaba a la puerta de emergencia forzada.

Ese giro de la cámara se vió en las grabaciones luego de concretada la fuga, pero nadie la detectó al momento del hecho, así como verificó en los dos días siguientes que la cámara no estaba apuntando a la puerta. Gravísima omisión.

Lo siguiente fue el recuento del día sábado por la noche que no detectó que ambos reclusos dejaron un bulto por debajo de las frazadas de sus camas, pero lo incomprensible es que tanto en la cena de esa noche como en el desayuno del domingo, nadie tomó nota de que sus alimentos fueron dejados y retirados intactos. Otra situación inexplicable como omisión involuntaria.

En razón de esto la jefatura del Servicio Penitenciario dispuso el pase a disponibilidad como medida preventiva de dos oficiales y dos encargados de la guardia, a fin de tramitar el sumario administrativo correspondiente.

Asimismo en la faz judicial el juzgado de instrucción 3 interviniente en el hecho, ordenó el secuestro de los teléfonos celulares de estos cuatro penitenciarios a fin de determinar si hubo un plan o complicidad en permitir la fuga de estos internos.

Ambos reclusos ya fueron alojados en la Unidad de Detención 1 de Río Grande como medida disciplinaria, y asimismo el servicio dispondría en las próximas horas el traslado de al menos una docena de internos al nuevo Anexo en Río Grande, a fin de descomprimir la situación de alojamientos en esta alcaidía.