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Tragedia de Washington: recuperaron los 67 cuerpos y hay más dudas sobre el helicóptero militar
Los grupos de rescate ya completaron la tarea más penosa. Recuperaron los 67 cuerpos de la tragedia que no dejó sobrevivientes en el accidente entre un avión comercial y un helicóptero militar en Washington. Del incidente del pasado 31 de enero, ahora resta identificar a uno solo de los pasajeros del avión. Los tres militares -una era una mujer- ya fueron identificados. Sobre ellos, nuevos elementos de la investigación están poniendo el peso de la responsabilidad por lo sucedido.
En los informes preliminares también surgió que el servicio de los controladores aéreos del aeropuerto Ronald Reagan de Washington se cumplía con menor personal del necesario. El día de la tragedia, un operador hacía el trabajo de dos. Precisamente, debía darle las instrucciones al piloto comercial para aterrizar y advertir al helicóptero militar de esa circunstancia. Aunque por el momento, no surgen de esas anomalías el problema principal del accidente mortal.
El "Blackhawk" vio al avión, pero siguió en rumbo de colisión
Una de las primeras grabaciones que se conocieron -antes del hallazgo de las cajas negras- es la que registra el diálogo de la torre de control con el piloto militar. Le pregunta en un momento, mientras ya había autorizado al avión de American Airlines a aterrizar, si tenía contacto visual con la máquina que estaba finalizando su viaje. El militar respondió seco: "Sí, lo veo". Un instante después, la comunicación se interrumpió. Fue cuando el cielo de Washington se iluminó y los restos de las aeronaves, como bolas ígneas, cayeron al río Potomac.
Por el momento no trascendió el contenido de las cajas negras. Una graba todo lo que se conversa en la cabina y la otra, toda la información técnica del vuelo.
Pero ya hay datos que se van confirmando y ratificando. Como que el "Blackhawk" no estaba en la trayectoria adecuada. Y menos todavía, en la altura máxima permitida.
Dos aeropuertos separados por el río Potomac
El río serpentea a lo largo de la ciudad capital de los Estados Unidos. En un momento de su curso, queda el aeropuerto comercial, de un lado y el militar, del otro.
El avión de American Airlines, para ponerse alineado a la pista, realizó un viraje sobre la otra costa del río. Desde el aeropuerto militar, había despegado el helicóptero. Por un error, se cruzaron en las trayectorias y se produjo la tragedia sin sobrevivientes.
Lo que ya se sabe con certeza es que el piloto militar realizó una mala maniobra. En ese lugar, no están autorizados a volar a más de 60 metros de altura. Se pudo establecer que el helicóptero superó claramente el "techo" permitido. Volaba entre los 70 y los 100 metros de alto. Por eso, entró en el espacio de la aproximación final del avión. No hubo maniobra alguna para evitar el accidente. No tuvo tiempo el Blackhawk.
La Junta Nacional de Seguridad del Transporte de los EE.UU. (NTSB) tendrá listo en tres semanas el informe con las cajas negras. Pero por el momento, la responsabilidad de la tragedia se vuelca hacia el piloto del helicóptero.
Por Roberto Adrián Maidana
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