El imputado Rolando Castillo finalmente representado por el abogado César Reyes Carrillo, a quien contrató para reemplazar a su defensor oficial en medio del juicio, se decidió a declarar ante el Tribunal de Juicio en esta cuarta jornada del proceso.

A pesar de una abrumadora cantidad de testimonios en su contra, Castillo decidió brindar una versión de los hechos en la cual refirió que se peleó con la joven víctima de 20 años, y que tras eso lo agredieron yéndose al baño.

Aseguró que al retornar al salón principal de la vivienda, Agustín Goldhart ya estaba apuñalado y que habría sido otra de las personas asistente a ese encuentro social, descartando su autoría en el hecho.

Asimismo planteó varios episodios de amnesia respecto de lo sucedido, indicando que había tomado mucho alcohol (la alcoholemia le dio 1.50 g/l), consumió marihuana y psicofármacos.

Testigos lo complican

Acto seguido se tomaron las últimas dos testimoniales; una a un hombre a cuya vivienda Castillo se dirigió después del crimen, quien refirió que al pasar por su casa Castillo le expresó “me mandé una cagada”.

Finalmente el juicio se cerró con el testimonio del perito psiquiatra del Poder Judicial, el Dr. Mario Ripoli, quien descreyó de la versión del imputado respecto a una amnesia larga. Planteo que es una cuestión “voluntaria y selectiva más que una inconsciencia al momento del hecho”.

 Finalmente dio cuenta del carácter del imputado con “rasgos obsesivos, rígidos e impulsivos”, los que lo llevan a “responder de manera desproporcionada a un estímulo”.

La fiscal indicó precisamente el episodio posterior de dirigirse a otra vivienda por parte del imputado, a lo que Rípoli señaló, “el dato de dirigirse a un lugar y conversar con una persona me da a pensar que hubo una comprensión. Inconsciencia hablamos de una persona sin dirección sin sentido, si se ubica en tiempo y espacio no es coincidente con eso”, concluyó.

El tribunal pasó a un cuarto intermedio para mañana miércoles para los alegatos de las partes.