Ushuaia.- Ya se plantean distintas interrogantes sobre el crimen de Julia Guerra. En el expediente figurarían el relato de dos vecinas del barrio Andino, quienes dijeron haber visto a Guillermo Díaz Guerra retirarse de ese lugar a las 9 de la mañana del último domingo, cuando ocurrió el homicidio, vistiendo un pantalón corto y un buzo oscuro, acompañado por un perro.

Este hombre comenzó a ser buscado, pero ninguno de los operativos arrojó resultado positivo hasta ayer. Justamente se sospechaba que podía estar escondido “en alguna zona boscosa, ya que conocía varios senderos por las caminatas que solía hacer”.

Efectivamente, tras un operativo fue realizado en la zona de Ensenada, en el Parque Nacional de Lapataia, el sospechoso fue detenido gracias a datos aportados por testigos que habían manifestado haberlo visto por el lugar.

En tanto, la detención de Graciela Guerra respondería a que "tuvo contradicciones en su testimonio, ya que dijo que aproximadamente a las 8 de la mañana del domingo salió para trabajar y que regresó dos horas después; y que al ingresar a su casa se encontró con el cadáver mutilado de su hermana.

Julia Guerra se encontraba en el interior de su bañera con signos de una violenta muerte a raíz de que su cuerpo presentaba heridas cortantes y varias partes de su cuerpo estaban seccionadas.

En una primera hipótesis, se indicó que el crimen de Julia Mónica Guerra se habría producido entre las 8 y las 10 del último domingo, cuando fue hallado el cadáver mutilado, aunque luego los peritos dieron un diagnóstico distinto, apoyándose en que "si el crimen fue concretado con los dos cuchillos que encontramos, en apenas dos horas no se puede seccionar un cuerpo de esa manera". En consecuencia, para los expertos "es imposible" que el asesinato y posterior descuartizamiento se haya producido en tan corto lapso.