El Papa Francisco podría recibir a Javier Milei en una audiencia privada en el Vaticano, que sería el próximo 11 de febrero, en el marco del acto de canonización de Mama Antula, una beata nacida en Santiago del Estero en el Siglo XVIII.

Sería el primer encuentro cara a cara entre el Sumo Pontífice y el presidente, en un gesto de acercamiento político, tras las fuertes críticas entre ambos en el pasado.

La noticia se conoce un día después de que el mandatario argentino le envió una carta para invitarlo al país, a donde no viaja desde su elección como jefe de la Iglesia Católica en marzo de 2013.

Tras la difusión, el vocero presidencial puso paños fríos: “No hay fecha confirmada. Cuando se confirme, se los estaré diciendo. No está descartado”.

La carta de Javier Milei al Papa Francisco

“Agradezco su muy significativo llamado telefónico del 22 de noviembre, luego de mi elección como Presidente. Valoro sus sabios consejos y sus deseos de coraje y sabiduría para mi persona, tan necesarios para encarar el desafío de dirigir los destinos de nuestra Patria y de nuestros conciudadanos”, comienza el texto que el propio Milei compartió en sus redes sociales.

Y, tras señalar que “los argentinos atravesamos tiempos de aflicción y de esperanza”, indicó: “Usted bien sabe que no necesita invitación para venir a su querida Argentina. A riesgo de decir lo innecesario, le invito a visitar nuestra amada Patria, conforme a las fechas y los lugares que nos sean indicados, teniendo presente el deseo generalizado de nuestras ciudades, provincias y pueblos de contar con Su presencia y transmitirle su filial afecto”.

Una relación tirante

Durante la campaña, Javier Milei llamó al Papa Francisco “el representante del maligno en la Tierra”. Mientras que en el debate con Sergio Massa suavizó sus palabras: “Ya había pedido perdón, y lo volvería a hacer. Porque si me equivoco, no tengo problema en repetir que estoy arrepentido por eso”.

El Sumo Pontífice, por su parte, lo comparó con el dictador Adolf Hitler: “Todos votaron a Adolfito, y así terminamos. Yo le tengo miedo a los salvadores sin historia. Cuando se viene un salvador sin historia, sospechá”.