La investigación apunta a la presunta comercialización de estupefacientes intramuros, ante la cual se apuntó a un interno, Walter López quien cumple una pena de 22 años de prisión por homicidio, al cual se le requisó la celda.

Asimismo se investiga la posible participación de un agente del Servicio Penitenciario en posible connivencia con el ingreso de estupefacientes, para su comercialización dentro del ámbito carcelario.

El procedimiento surgió en relación a una denuncia llevada a cabo por la propia dirección de la unidad penitenciaria, en razón de la revisión periódica que se lleva adelante de los equipos informáticos que los reclusos poseen para sus estudios.

En el caso de López se detectó una galería de conversación en un red social con una personal del exterior que le mostraba contactos con un cabo del Servicio Penitenciario ofertando facilitar el ingreso de estupefacientes a la Unidad, por una contraprestación de dinero.

Este desprendimiento investigativo llevó a que por orden judicial se incautara el equipo informático, una CPU de escritorio, en poder del recluso López, quien fue notificado de derechos y garantías en el marco de este proceso penal federal.

No se encontró estupefaciente alguno, mientras que la dirección del Servicio Penitenciario ya instruye sumario interno para el penitenciario supuestamente involucrado, el cual pasaría a disponibilidad siendo apartado de sus funciones.