Como ya se informó, Sergio Massa mantuvo este viernes una reunión con empresarios y sindicalistas, que derivó en el levantamiento del paro que afectaba al transporte automotor de pasajeros en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y en otras ciudades del interior.

El encuentro fue tenso, sobre todo la reunión previa que el ministro de Transporte, Diego Giuliano, mantuvo con representantes de las cámaras patronales en conflicto, y el secretario general de la UTA, Roberto Fernández, que duró cerca de tres horas.

Según trascendió, los empresarios solo pedían “plata y más plata” al Estado para sostener el servicio, mientras afectaban los salarios de los trabajadores del sector, que se vieron forzados a realizar medidas de fuerza que afectaron a unos 4 millones de usuarios.

Incluso cuando los salarios de choferes y empleados de empresas ya habían sido depositados por el Gobierno, lo que llevó a Massa a advertir que “la retención de dinero del Estado que es de los trabajadores, puede constituir un delito".

En ese marco, el ministro y precandidato presidencial no dudó en calificar la actitud empresarial como “extorsión”, al afirmar que "no nos gusta que las discusiones se den en un marco de extorsión; se tienen que dar en un marco de diálogo".

Es que Massa estaba al tanto de las deliberaciones del ministro Giuliano con representantes empresariales y gremiales, por lo que resolvió convocarlos a todos al Palacio de Hacienda, donde terminó por resolverse el conflicto.

Fue tras esta reunión que el titular de Economía declaró que “estamos acostumbrados al diálogo y el consenso, tratar de resolver los problemas de la gente en acuerdo, no desde la extorsión, eso no lo podemos permitir".

Luego de reclamar al gobierno de la Ciudad que “asuma la parte de su responsabilidad y se siente a la mesa de discusión”, Massa declaró: "Nunca más la gente de rehén por un conflicto de plata entre empresas y Estado; tenemos que trabajar juntos, empresarios, trabajadores y el Estado”.

De hecho y en las horas previas, Massa dijo del convocado por la UTA que fue “un paro extraño que forzaron los empresarios”, porque “el Estado les transfirió la plata del sueldo de los trabajadores y algunos retuvieron esa plata para forzar a los trabajadores a salir a la calle”.