La crisis interna oficialista en el Frente de Todos quedó relegada del escenario principal tras el campamento que se desplegó la semana pasada en el centro de la Ciudad de Buenos Aires, por parte de manifestantes que reclamaban aumentos en los planes sociales y la creación de nuevos beneficios para la clase más golpeada por la inflación.

En un nuevo capítulo de reuniones gubernamentales, Martín Guzmán, ministro de Economía, Matías Kulfas, ministro de Producción y Claudio Moroni, ministro de Trabajo, acordaron junto con la CGT y la UIA (Unión Industrial Argentina) el aumento de precios y salarios dentro de la paritarias que contrarrestaron el “contexto excepcional” que atraviesa el país, es decir, el aumento constante de los valores de bienes y servicios.

Por su parte, la CGT solicitó el anticipo de la apertura de la paritarias, “frente a la posible evolución del costo de vida en el marco de esta situación excepcional”. La central sindical pidió por “la negociación de aquellos convenios salariales que aún no han vencido o no se encuentran en la etapa de tratativas”.

En el documento que se firmó, la UIA expresó que " en representación del sector industrial argentino, en el entendimiento de que el diálogo social permite generar las políticas adecuadas para el desarrollo económico con inclusión social”. “La fijación de los salarios mediante la negociación colectiva es la herramienta adecuada para lograr el incremento de las remuneraciones”, sostuvo la organizaión que representa a los empresarios.

El texto que divulgó el ministerio a cargo de Martín Guzmán, se reafirman las medidas que contribuyen a anclar expectativas y mejorar el poder adquisitivo de los salarios”. En primer lugar, se destaca la apertura de negociaciones salariarles antes de las fechas estipuladas (a raíz de la inflación). Luego, se armará una canasta de primera necesidad que contará con 50 o 60 productos y tendrá una “amplia difusión” con un precio único y claro.