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Ushuaia

Río Grande

Tolhuin

Por un acuerdo entre Argentina y Gran Bretaña

Trituraron los autos de Top Gear

Los periodistas británicos Jeremy Clarkson, James May y Richard Hammond dijeron la semana pasada, en su programa “The Grand Tour”, que la Argentina representa “el pozo séptico del planeta, donde Dios arroja sus residuos”. A cinco años del escándalo que protagonizaron en la Patagonia y específicamente en Tierra del Fuego, los ex conductores de BBC Top Gear reanudaron sus ataques verbales y bromas contra Argentina.

Por un acuerdo entre Argentina y Gran Bretaña los autos abandonados en Tierra del Fuego fueron destruidos.

Río Grande.- Clarkson, May y Hammond estuvieron por última vez en la Argentina en noviembre de 2014 y escaparon en un vuelo privado, luego de que fueran declarados “personas no gratas” por los ex combatientes de Malvinas en Ushuaia. Tras un enfrentamiento a piedrazos con vecinos de Tolhuin, la producción del programa dejó abandonados los tres autos que los periodistas ingleses estaban usando para viajar por el Sur de Argentina y Chile.

¿Y qué ocurrió con los autos de la polémica? Según pudo reconstruir Autoblog, fueron destruidos por completo. Ya no existen más.

“Primero, les pasaron por arriba con las orugas de una topadora. Después, los partieron en pedazos, golpeándolos con las palas de una excavadora. Y, por último, metieron los restos en una trituradora: la pieza más grande quedó del tamaño de una tuerca. Te daban ganas de llorar, porque eran autos hermosos. Pero también porque acá, la Guerra de Malvinas, se vivió de manera muy intensa”.

Con estas palabras, Martín Romero, testigo directo de los hechos, recuerda el espectacular operativo diplomático que se llevó a cabo en secreto, de manera confidencial, hace dos años en Tierra del Fuego, y que recién trascendió ahora.

Los gobiernos de Argentina y Gran Bretaña se pusieron de acuerdo para hacer desaparecer los autos que Top Gear abandonó en Tolhuin, con un procedimiento de compactación que fue transmitido en vivo por internet, para las autoridades de la Cancillería británica, en Londres.

La destrucción de los autos se realizó en un desarmadero de Río Grande, propiedad de Romero, y tuvo muchos testigos: efectivos de la Policía Federal y de la Gendarmería; funcionarios de la Aduana y de la Justicia de Tierra del Fuego; miembros de la Cancillería argentina y enviados de la Embajada de Gran Bretaña. Todos los presentes tuvieron que entregar sus teléfonos celulares en la entrada del predio. El único registro de imágenes se realizó con la tablet de un empleado de la Cancillería argentina, que transmitió el operativo en vivo para los espectadores de Londres.

Dos personas que participaron del traslado de los vehículos corroboraron la versión de Romero, pero pidieron mantener sus nombres en reserva.

El procedimiento para hacer desaparecer los autos de Top Gear se mantuvo en secreto por el escándalo que desató la presencia en Tierra del Fuego del Porsche 928 de Clarkson, el Lotus Esprit de May y el Ford Mustang Mach I de Hammond.

El hecho ocurrió en noviembre de 2014 y, desde entonces, los autos se mantuvieron a resguardo en un depósito fiscal de Río Grande, con custodia permanente las 24 horas. Los ex combatientes de Malvinas de Tierra del Fuego habían amenazado con prender fuego los vehículos, en un acto de desagravio.

La decisión de triturar los autos de Top Gear fue la única “salida diplomática” que se les ocurrió a los gobiernos de Argentina y Gran Bretaña. Los tres vehículos habían sido reclamados por Andy Wilman, ex productor de Top Gear, actual productor de The Grand Tour y amigo de la infancia de Clarkson. Sin embargo, desde la Argentina se descartó la posibilidad de devolver los autos a Inglaterra. Wilman, Clarkson y compañía los hubieran convertido en “trofeos de guerra” para sus shows.

Al mismo tiempo, la permanencia de los vehículos en el depósito de Río Grande se había transformado en una realidad incómoda para todas las partes. Desde el primer día, se mantuvo la hipótesis de un atentado nacionalista: los autos se hubiesen convertido en antorchas.

¿Pero qué desencadenó estas pasiones, que terminó con personas y autos apedreados, con amenazas de muerte y con un operativo secreto para hacer desaparecer a los vehículos?

Según reconoció el propio protagonista de los hechos, Jeremy Clarkson, todo comenzó con una nota de Autoblog Argentina. El 16 de septiembre de 2014, nuestro medio fue el primero en revelar la presencia del equipo de Top Gear (BBC) en la Argentina. Llegaron con tres autos al Hotel Llao-Llao de Bariloche, con el fin de grabar un programa especial de dos horas, viajando por la Patagonia Argentina, en tres deportivos clásicos con motores V8.

Autoblog publicó en una serie de notas sobre el trabajo diario de la grabación del programa y destacó un detalle que llamó la atención: la patente del Porsche de Clarkson era H982 FKL, que se podía interpretar como una alusión a las Islas Malvinas (“Falklands”) y a la guerra de 1982, entre Argentina y Gran Bretaña.

A medida que la caravana del programa avanzaba rumbo a Tierra del Fuego, el dato de Autoblog fue levantado por el diario Clarín y de la agencia oficial Télam. La polémica patente de Clarkson se convirtió en un tema de debate internacional, cuando también se sumaron varios medios británicos, que siempre fueron críticos de los problemas diplomáticos que generaba el programa de la cadena estatal BBC.

El escándalo llegó a su punto máximo cuando la caravana llegó a Ushuaia. Un grupo de ex combatientes de Malvinas organizaron una protesta en la puerta del hotel donde se hospedaba el equipo de Top Gear. Cinco soldados amenazaron a un equipo compuesto por 30 personas, entre productores, técnicos y responsables de logística. Los declarararon “personas no gratas”.

Para evitar mayores problemas, el Gobierno de Tierra del Fuego les propuso abandonar el territorio nacional y les ofreció la custodia de la policía provincial. Salieron de noche y los sorprendió un piquete en el poblado de Tolhuin. Los vecinos de la zona los emboscaron y los bañaron a piedrazos.

A pesar de que más tarde editaron una huída épica, para mostrar al final del programa llamado “Patagonia Special”, al momento de la trifulca los animadores Clarkson, May y Hammond ya no se encontraban allí. Habían volado en avión a Buenos Aires y, a la hora de la emboscada, se encontraban en un vuelo de British Airways, rumbo a Londres.

El Porsche, el Lotus y el Mustang fueron abandonados en Tolhuin por la producción de Top Gear. El único herido de esa noche fue un argentino: Norberto Rivero, piloto del equipo Paneus del Rally Dakar, que había alquilado sus camiones a la producción del programa y acompañaba la caravana como chofer contratado por la BBC. Hasta el día de hoy, Rivero se niega a hablar de los hechos, porque afirma que debe respetar un contrato de confidencialidad que lo obligó a firmar la BBC.

Después de los piedrazos, todo el equipo de producción de Top Gear se refugió en Chile. En el programa mostraron la manera en que celebraron cuando cruzaron la frontera y se sintieron “en territorio amigo” (ver programa completo acá abajo).

La policía de Tierra del Fuego llevó hasta un depósito los autos abandonados y los requisó. En el Porsche de Clarkson encontraron dos juegos de patentes más: “HI VAE”(una de las matrículas originales del vehículo) y otras dos chapas falsas, que rezaban “BELLEND” (“cabeza de pene”). El hallazgo de los otros juegos de patentes reforzaron las sospechas: el cierre de “Patagonia Special” tenía planeado una serie de bromas con matrículas -un clásico de Top Gear- y una alusión a la guerra de Malvinas, justo en Ushuaia, una de las ciudades argentinas más cercanas a las islas.

La producción del programa confirmó otro detalle: habían preparado un partido de fútbol con autos. La Selección Argentina estaría representada por cuatro Fiat Siena fabricados en Córdoba, pintados con los colores de la camiseta nacional. Gary Lineker, delantero de Inglaterra en México ’86, admitió que había viajado hasta la Argentina para participar de ese juego. Se volvió a su país cuando estalló el escándalo. El partido con autos nunca llegó a jugarse.

Top Gear se hizo famoso por las bromas de este tipo en todos sus programas, donde nunca faltaron burlas contra Estados Unidos, Canadá, México, Francia y Alemania. También hicieron chistes racistas contra las comunidades africanas. Los reclamos diplomáticos contra la BBC fueron frecuentes y Jeremy Clarkson finalmente fue despedido del canal cuatro meses después del “Patagonia Special”: golpeó en la boca a un compañero de trabajo, que no le pudo conseguir una cena caliente, tras una jornada de filmación.

La Justicia de Tierra del Fuego actuó durante todos estos años con una asombrosa parsimonia. Cerró la causa contra Jeremy Clarkson, a pesar de haber comprobado que circuló por territorio argentino con varios juegos de patentes que no habían sido declarados al ingresar al país. Los registros de imágenes confirmaron que manejó por la vía pública con matrículas distintas, lo cual constituye un delito.

Los tribunales fueguinos también fueron benévolos con la otra parte del conflicto: nunca se investigó a quienes lanzaron piedrazos contra la caravana en Tolhuin, que hirieron al ciudadano argentino Rivero.

Cinco años después de aquél episodio, ya no quedan imputados ni rastros de los autos del caso de Top Gear en Tierra del Fuego.

Como en la obra de Lope de Vega, nadie resultó culpable: “Fue Fuenteovejuna”.

 

 


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