Procesando. Por favor aguarde...
El ingeniero Enrique Schoua defendió a la industria fueguina.
Río Grande.- El ingeniero Enrique Schoua, visitó los estudios de Radio Universidad (93.5) en donde se refirió a la actual situación industrial provincial como así también lo que sucede en el sector industrial en el ámbito nacional e internacional.
En diálogo con “Buscando el equilibrio”, brindó un repaso de cómo se fue desarrollando el sector industrial en Tierra del Fuego y cuáles fueron las primeras empresas en radicarse en la provincia más austral del mundo. “Yo inicié mis primeras experiencias en Ushuaia con la puesta en marcha de una planta de fabricación de televisores blanco y negro marca Panoramic en 1977. Esa empresa no llegó a fabricar TV color nunca porque terminó cerrando antes por diversos motivos. En esa época no había líneas marítimas internacionales que llegaban hasta el puerto de Ushuaia. Los suministros llegaban vía marítima a Buenos Aires y de allí eran trasladados vía terrestre a Tierra del Fuego. Como no teníamos y, actualmente tampoco, un cruce por aguas argentinas, había que pasar por un territorio extranjero que, de tanto en tanto, cerraba las fronteras debido a los conflictos limítrofes que estaban a la orden del día por aquel entonces”. Continuando con el relato, indicó que “cuando llegó a Tierra del Fuego había no más de 20 mil habitantes.
En Ushuaia, Panoramic era la primera y única fábrica, y en la que por falta de personal que se postulara para trabajar allí, se contrataron presos, que todas las mañanas salían en una combi con custodia hacia la planta y volvían a la noche a la comisaría donde estaban detenidos. Estos constituían el cincuenta por ciento de la dotación. En la planta desayunaban, almorzaban, merendaban y cenaban. Fue una gran experiencia sobre todo porque trabajaban bien, y fue gente que se recuperó”.
No era fácil contratar y retener personal técnico que provenía del resto del País. Hubo casos en los que al cabo de una semana de estadía en Ushuaia renunciaban y volvían al norte. Y hasta más de un caso en los que habiendo bajado del avión en el aeropuerto de Ushuaia, rogaban poder volver a su lugar de origen en el mismo avión. Eran tiempos difíciles, en los que no solo no había gente para trabajar sino que los servicios básicos como agua luz y gas escaseaban. Mucha nieve, mucho frío, nada de asfalto ni veredas y poca infraestructura de educación y salud.
A partir de 1980, todo comienza a cambiar con la llegada de nuevos emprendimientos fabriles que comenzaron con la producción de TV color, y así se fueron instalando El Mutún, Drean, Philips, Sharp Kenia, Zenith, Philco, Sanyo, Toshiba, Nacional Panasonic, Aurora Grundig, y muchas otras más electrónicas, textiles y plásticas. Hacia 1982 estaban ya casi todas. Era la época en la que se iba al aeropuerto a contratar gente recién arribada. Poco a poco todo fue cambiando con la llegada de más y más argentinos deseosos de lograr un puesto de trabajo estable y bien remunerado, lo que en el continente era poco probable debido a la apertura indiscriminada de importaciones impulsada por el ministro de economía del gobierno del proceso Martínez de Hoz, lo que generó como resultado el cierre de grandes fábricas, como Winco, Yelmo, Grafa, etc. y por ende el aumento de la desocupación.
Todo iba bien, y en crecimiento, pero hacia fines de 1982, vencía por primera vez el régimen que había sido promulgado en 1972, y el Poder Ejecutivo Nacional no definía si iba a prorrogar o no el régimen, y daba señales negativas. El resultado de la indefinición fue que el 3 de diciembre de 1982, una masiva movilización que sumó más de 5000 personas, salió a las calles y se presentó un petitorio que exigía la prórroga de la ley 19640 al intendente Juan Carlos Apollinaire, quien a su vez lo elevó al Gobierno Nacional, y se obtuvo así la primera prórroga por diez años más.
El ingeniero Schoua recordó que en 1992 el gobierno nacional promulgó un decreto de necesidad de urgencia, derogando el régimen de promoción de la Ley 19.640. Duró poco tiempo porque acá hubo un rechazo muy fuerte.
Después de 1992, si bien no se derogó el régimen, la Ley continuó pero quedó en letra muerta porque se bajaron los aranceles de importación de productos terminados muy fuertemente; se eliminaron los precios de referencia, y así las importaciones pagaban aranceles muy bajos sobre una base imponible muy baja. Eso, sumado al contrabando generalizado porque la aduana paralela implicaba 10 kilómetros de contenedores por día que ingresaban al puerto de Buenos Aires donde la importación no solo era de televisores. Esto generó el cierre de muchas empresas en la provincia y en el país.
“En general se puede decir que las empresas argentinas dependen del tipo de cambio entre otros factores para ser competitivas o no y así cuando el dólar está subvaluado se pierde competitividad. En los 80’, un operario en China ganaba 30 dólares; ahora gana 300 dólares. En Brasil los sueldos están un poco más arriba pero en Tierra del Fuego, con cargas sociales, rondan los 3 mil dólares mensuales. Estamos casi diez veces arriba de lo que se paga de salario en China por lo tanto, ahí empezamos mal por el costo laboral”. Es más que difícil competir con las empresas Chinas que cuentan no solo con mano de obra calificada de muy bajo costo, sino que también con tecnologías modernas de producción.
El gerente de Tecnomyl explicó que “China cada vez desarrolla más y mejores tecnologías que minimizan el costo de sus procesos productivos. En lo que hace a competitividad, Tierra del Fuego produce en las plantas electrónicas tal cual se produce en cualquiera de los países del primer mundo. Estamos en las mismas condiciones y tenemos las mismas herramientas, pero siempre lejos de los costos bajísimos que alcanzan en China.
En este sentido, afirmó que toda la industria Argentina necesita alguna barrera arancelaria de importación porque ni Estados Unidos puede competir con China. Actualmente China también está exportando a la Argentina agroquímicos a muy bajo precio porque tienen superproducción y son productos que se utilizan en todo el mundo.
Paralelamente, el ingeniero Enrique Schoua se refirió a la Ley de Promoción de Manaos, y recordó que “empezó en el año 67’ y tenían 42 mil habitantes. En poco tiempo llegó a más de 2 millones de habitantes. Lo que estamos viendo y sigue sucediendo es que Brasil en Manaos consolida cada vez más el régimen y asegura un horizonte claro y definido para los inversores. La superintendencia de la zona franca de Manaos es un ente público privado mixto que no solo aprueba los proyectos sino que sale al mundo a buscar negocios para la región.
En nuestro caso, hay mucha inestabilidad política o más bien política pendular respecto del régimen entonces sucede que en los 80 se instalaron la mayoría de las empresas en Tierra del Fuego al amparo del régimen de promoción. Para luego en los 90 un cambio de 180 grados respecto las políticas a aplicarse en la economía local produjo el cierre definitivo de más de la mitad. El gobernador de esa época decía que estábamos en la reconversión económica y que el futuro sustento de la Provincia debería ser el turismo, la pesca, la petroquímica, pero la planta de metanol terminó instalándose en Chile, los turistas no vinieron, y los peces tampoco. Finalmente nada nuevo vino a reemplazar los puestos de trabajo perdidos.
“Hoy empiezo a escuchar lo mismo que los 90’, otra vez se habla de reconversión económica. Otra vez se habla del alto costo que significa para el tesoro nacional sostener el régimen de promoción. El régimen no implica desembolsos del tesoro nacional para ponerlos en las arcas de las empresas. El régimen de promoción implica el no pago de impuestos nacionales. Hace poco cerró IPSA con 160 empleados y sólo 5 o 6 trabajadores se reinsertaron en otro trabajo”, lamentó. Nada se ahorra ahora que tenemos una empresa menos, sino todo lo contrario. A la provincia le faltan los ingresos brutos del consumo del personal de dicha empresa en el comercio local, así como también lo recaudado por tasa de verificación de procesos productivos que ahora la empresa inexistente ya no paga. Y por último, los precios de las computadoras portátiles deberían bajar, ahora que se importan terminadas desde el lejano oriente, pero no lo hicieron aún pese a que bajaron los aranceles de importación del 35% que pagaban a cero. Finalmente, el ingeniero Schoua afirmó, que abrir importaciones con aranceles bajos y/o nulos lejos de mejorar nuestra economía la empeora, en tanto que, probado está que se destruye empleo”.
Carta Abierta al Presidente de la Nación
“A casi 35 años del paro y movilización del 3 de diciembre de 1982, que logró la primera prórroga de la ley 19.640 por 10 años más, nos vemos hoy en la obligación de tomar acción nuevamente e iniciar una tarea de concientización, y esclarecimiento, frente a la información sesgada y distorsiva respecto del funcionamiento del régimen, motorizado fundamentalmente por lobistas representantes de cámaras de importadores especializados en el negocio fácil y altamente rentable.
Nuevamente algunos actores de la economía nacional pretenden volver a un escenario en el que se les permita importar sin control productos terminados, provenientes de países en los que la mano de obra es bajísima, y pagando aranceles también bajísimos, y en algunos casos cero, tal como se dio en la década de la convertibilidad, en la que además de aranceles de importación bajos, el atraso cambiario favorecía la importación en desmedro de la producción local, y en la que mientras que unos pocos se enriquecieron con la importación de productos terminados, los que apostaron a la producción nacional generando ocupación de mano de obra argentina, se derrumbaron uno a uno, cerrando sus plantas, y así pasamos del pleno empleo de los ochenta, a la desocupación más alta de todos los tiempos cercana al 40% hacia fines de los noventa, y por ende la consecuencia inevitable: millares de fueguinos sin trabajo tratando de sobrevivir.
En aquellos aciagos días, las publicaciones del ex ministro Cavallo en los medios, pretendían explicar con mucho cinismo, que anulando el sub régimen industrial se podría mantener a toda la población fueguina sin trabajar, buscando hacer creer al lector desprevenido que la promoción implica transferencia de fondos del tesoro nacional hacia las arcas de las empresas, cuando la realidad es muy distinta, y es que la promoción consiste en exenciones impositivas. Finalmente, luego de un par de intentos, no cancelaron el régimen pero al bajar los aranceles de importación y minimizar los controles aduaneros, entre otras medidas dejaron la ley de promoción en letra muerta, y así se inició la debacle.
Es entonces nuestro deber, recordar a quienes ya olvidaron lo que ya sucedió y explicarle bien a quienes no lo vivieron, que en los 90, políticas alentadas por lobistas importadores, los mismos que hoy buscan nuevamente el negocio fácil, lograron el cierre definitivo de empresas que otrora contribuían a fortalecer el motor del desarrollo económico de nuestra Tierra del Fuego, tales como Dewo, Drean ITT, Sharp Kenia, Sony Continental, Panasonic, Aurora Grundig, Noblex, Philco, Zenith, Toshiba, Surrey, Frigidaire, Akai, Olimpic, Karkai, Welton, Crown Mustang, JVC Audivic, entre otras. Mientras que las que no cerraron quedaron con apenas un puñado de empleados, descapitalizadas y muchas en convocatoria de acreedores. Así las cosas la ocupación fabril pasó de 12.000 empleos directos en 1990 a menos de 900 en el año 2001.
Hoy vemos que la estrategia es casi idéntica, en tanto algunos funcionarios públicos comenzaron a propalar a los cuatro vientos, que Tierra del Fuego representa un problema, que habría que bajar los aranceles, que habría que reconvertir la industria local, que habría que centrarse en la explotación de los recursos naturales, que el costo fiscal es altísimo, etc.
Hace unos días, coincidiendo con los dichos del ex ministro Cavallo años atrás, el actual vicepresidente del Banco Nación se animó a decir que bajando el costo fiscal con el desmantelamiento del polo industrial fueguino, se podrían pagar 50.000 a cada trabajador de Tierra del Fuego, sin trabajar.
No debemos soslayar, que mientras seguimos en Tierra del Fuego con idas y vueltas, Brasil continúa impulsando el régimen de promoción de Manaos en constante crecimiento, pasando su población de 42.000 habitantes en 1967 a 2.050.000 en 2015, y asegurando su vigencia hasta el año 2073m y así como en los 90, hoy nuevamente mientras Manaos crece y se afirma, en Tierra del Fuego crece la desocupación, la incertidumbre y la desazón.
Es menester salir al encuentro de esta situación y buscar por todos los medios detener la caída de la economía local, para lo cual es imperativo:
1) Prorrogar la vigencia de la ley de promoción 19.640 hasta el año 2073, tal como lo hiciera Brasil en Manaos, de forma de plantear un horizonte claro tanto a los inversores como a la población en general.
2) Detener la política de promoción de importaciones con aranceles bajos y/o nulos, único camino para evitar que se siga destruyendo el empleo.
Por todo lo expuesto, Sr. Presidente, consideramos que es necesario CAMBIAR estas políticas que afectan el aparato productivo local, por un conjunto de mejoras que seguramente serán necesarias, pero que no afecten el empleo, sino que apunten a consolidar el mismo, a promover inversiones y el arraigo de la población y por ende a fortalecer el desarrollo económico de nuestra Provincia, estrategia clave para continuar consolidando la soberanía argentina en el Atlántico Sur.
CAMBIEMOS cuando aún estamos a tiempo...CAMBIEMOS antes de que el daño sea irreversible..”
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