Se trata de un concepto ya utilizado por otras provincias, como la Ruta del Vino, al Ruta del Queso o la Ruta del Asado, apunta a tentar a "turistas gourmet", quienes eligen sus destinos no sólo por las bellezas paisají­sticas, sino también por los atractivos culinarios del lugar.

En ese aspecto, la gastronomí­a fueguina se enfoca tanto en la consolidación de platos convertidos en tradicionales, entre ellos el cordero, la centolla o la merluza negra, como en la proyección de otros productos experimentales, entre los que se mencionan la pescadilla y los erizos de mar.

Sin embargo, no se trata sólo de la elaboración de las comidas, sino de generar una logí­stica capaz de garantizar esa oferta en lugares clave, difundirla entre los visitantes de una manera atractiva y establecer un movimiento económico redituable para los distintos actores que participen del nuevo servicio.

"La ruta gastronómica tiene que servir como herramienta turí­stica, como distintivo cultural y como dinamizador de la economí­a", expresó a Télam Daniel Leguizamón, secretario de Turismo de Ushuaia.

"Por eso -siguió- hay que fortalecer cada eslabón de la actividad, desde el productor hasta el proveedor de servicios, y lograr así­ un efecto multiplicador".

Según el funcionario, la gastronomí­a de Tierra del Fuego "es muy respetada en el ámbito internacional" y así­ lo demuestran los resultados de las presentaciones realizadas en embajadas y consulados por gestiones del Ministerio de Turismo de la Nación y de la Cancillerí­a.

"Es uno de los factores que nos diferencian. Tenemos un inédito paisaje de mar y montaña, nieve y un tren que recorre un parque nacional. Pero también la mejor centolla del mundo junto con la de Alaska o la merluza negra que sólo se consigue en pocos restaurantes del mundo", fundamentó Leguizamón.

El Municipio de Ushuaia se prepara para tomar esas caracterí­sticas y ponerlas en valor, con la participación de múltiples actores sociales y de la vida productiva y económica local.

Por ejemplo, un taller organizado por las autoridades hace unas semanas reunió a chefs, dueños de comercios, productores e investigadores cientí­ficos.

"La idea es habilitar una planta procesadora de crustáceos que abastezca con productos de calidad a los restaurantes. Los investigadores nos ayudan a pensar mejores formas de cultivar, extraer o aprovechar distintos productos. También a darle una identidad a nuestra gastronomí­a", detalló el secretario de Turismo.

Otras áreas también trabajan en conjunto, como Cultura, que puso en marcha un programa para rescatar recetas de antiguos pobladores y poner las ideas a disposición de los cocineros actuales.
A su vez, especialistas como Ernesto Piana, antropólogo del Concejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas y experto en el estudio de los primitivos habitantes de la isla, aportan el nombre de vegetales o especias de la zona que eran utilizados por los yámanas o los onas en su esquema de alimentación.

Además, la capital fueguina se apresta a lanzar su propia aplicación para teléfonos celulares, donde figurarán los principales restaurantes de la "ruta gastronómica" con los platos y especialidades de cada uno, de acuerdo a la fecha de consulta.

"Países como Perú han logrado con la gastronomía el mismo nivel de interés que con el Machu Pichu. Si reforzamos algunos factores y trabajamos en conjunto, podemos lograr un efecto similar", sostuvieron las autoridades de Turismo provincial.

En tanto, el Instituto Fueguino de Turismo, con el apoyo del Ministerio de Turismo de la Nación, trabaja en el desarrollo de otras rutas temáticas aún incipientes.

Entre ellas se menciona una "ruta de los naufragios", que guíe a los turistas por los restos de las embarcaciones más emblemáticas que colapsaron en costas fueguinas.

Otras podrían ser rutas de turismo científico o cultural, que repasen los caminos de míticos exploradores de la isla, como el cura italiano Alberto De Agostini, o la mitología de los yámanas.