Procesando. Por favor aguarde...
Los nuevos gobernadores peronistas, esos que estrenan el máximo cargo en sus provincias, se están constituyendo como una opción de poder en el Justicialismo. Estos son Domingo Peppo (Chaco), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Sergio Casas (La Rioja), Rosana Bertone (Tierra del Fuego) y Hugo Mario Passalacqua (Misiones). Un poco más distante permanece, por ahora, Sergio Uñac, sucesor en San Juan de José Luis Gioja, ya que elige mantener el equilibrio con su antecesor y titular del PJ Nacional, así lo releva una nota de Pablo de León publicada esta semana.
Ese lote de mandatarios quiere escribir una nueva etapa en el peronismo, lejos de Cristina y sus seguidores y mantener una relación cordial y negociadora con el gobierno de Mauricio Macri, necesitados de fondos frescos como están en su primer año de gestión.
Con esas mismas premisas se encuentran los noveles intendentes bonaerenses, quienes cultivan una amigable relación con la administración de María Eugenia Vidal, y en su afán por lograr un lugar de referencia en el peronismo, se reúnen en un búnker de la porteña calle Esmeralda con frecuencia: los más activos de ese team comunal son Martín Insaurralde, Gabriel Katopodis; Juan Zabaleta y Mariano Cascallares.
Por eso, los nuevos gobernadores y el “Grupo Esmeralda” (que pronto impondrá un nuevo nombre al núcleo) comenzarán a reunirse y a fijar una agenda común. Este miércoles 31, último día de agosto, Domingo Peppo pondrá la Casa del Chaco, ubicada en la Avenida Callao al 300, para la primera cita entre los grupos. Después de las sonrisas de ocasión, le pondrán fecha a una cumbre de los dos grupos, con foto y presencia completa de los integrantes de ambos equipos.
Domingo Peppo, el gobernador chaqueño, mantiene charlas con colegas, intendentes y dirigentes peronistas a quienes les dice que todos ellos tienen “una responsabilidad histórica de plantear una nueva conducción del peronismo”. Y asegura que “el kirchnerismo no puede conducirlo, por la derrota y por la imagen que hoy tiene en la sociedad” debido a los resonantes hechos de corrupción.
“Que quede claro que somos gente común, que camina por la calle sin custodia”, se ilusiona el sucesor de Jorge Capitanich.
Otro mandatario provincial que juega en paralelo a estos gobernadores e intendentes, se mostró anoche en un asado: Juan Manuel Urtubey cambió y comenzó a mostrar su deseo de jugar fuerte en el camino a la pelea presidencial de 2019.
En la Casa de Salta, a metros del Obelisco porteño, la reunión tuvo mucho de rosca política y algo de farándula: “¿Juan Manuel se casa de vestido?”, bromeaba a los gritos un diputado nacional justicialista, al reclamar ser invitado a las próximas nupcias de Urtubey con Isabel Macedo.
Tras la entrada de empanadas salteñas, champignones con queso, tarteleta de verduras y pinches de salchicha con panceta, la discusión fue sobre el futuro del peronismo, en medio del tsunami que vive tras el caso José López.
Todo terminó de buen modo y los presentes (Diego Bossio, Oscar Romero, Rodolfo Urtubey, Dalmacio Mera, Mauricio Mazzón, Pablo Kosiner y la ex sciolista Silvina Batakis) se llevaron la clara impresión de que el gobernador de Salta comenzará a diferenciarse de Macri y a mostrarse como una opción peronista para la sucesión.
Tras los chorizos, las morcillas, la tira y el vacío -todo regado con vino salteño: Don David Malbec- algunos se entusiasmaron con los discursos. El diputado mendocino Pedro Rubén Miranda (del Bloque Justicialista) dijo, dirigiéndose a Urtubey: “Valoramos esta oportunidad de diálogo y queremos que se repita. Pero no te vamos a pedir afecto porque sabemos que lo tenés todo ocupado”.
“¡Tal cual!”, respondió el salteño, cuyo romance con la despampanante Macedo no solo lo tiene ocupado sino que lo puso en el rubro de las revistas y las luminarias. Guarda que encandilan.
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