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Milei volvió al Congreso con un discurso refundacional

Milei explicó en el Congreso las próximas fases de su plan, destacó su primer año de gestión y planteó proyectos para ser debatidos en el Congreso. Pero la polémica con Manes ocupó el centro de la escena.

Milei volvió al Congreso con un discurso refundacional y un anuncio clave que fue eclipsado por su asesor estrella

TMAP. "Todo Marcha Acorde al Plan". Es el mantra que repite una y otra vez el asesor estrella Santiago Caputo, en Twitter o personalmente. Es una manera de fijar el relato de éxito, aun en medio de los tropiezos que lleva cualquier gestión en un país tan complejo. Pero esta vez, no todo salió como se esperaba. El discurso de Javier Milei para abrir las sesiones ordinarias del Congreso terminó en escándalo por una acción del propio Caputo, que amenazó (¿y golpeó?) al diputado Facundo Manes.

 

Milei ensayó un discurso que se dividió en dos partes. En la primera, volvió a reforzar en sus ideas sobre la Argentina y el mundo. Dejó en claro que su proyecto de país sigue intacto: desmantelar el Estado para que Argentina se convierta en un faro del anarco capitalismo global. Con la motosierra como emblema, el Presidente reivindicó su plan de ajuste como "el más ambicioso de la historia" y dijo que el camino elegido no tiene retorno. En la segunda parte, anunció medidas concretas para llevar adelante su plan: entre ellas, la firma de un acuerdo con el FMI que debería ser refrendado por el propio Congreso.

 

Motosierra sin fin

"La motosierra no es solo un programa de gobierno, es una política de Estado que seguirá durante años y no parará hasta que no encuentre el final del Estado en el largo plazo", sentenció. Es la ratificación de su plan de achicamiento extremo del sector público; Milei se siente cada vez más lejos del "minarquismo" y cree que es posible que la Argentina se convierta en el primer país anarcocapitalista de la historia.

 

Milei enumeró que en solo un año y pico el Gobierno cerró 200 áreas del Estado y despidió 40.000 empleados públicos. Lo consideró un éxito: “Le quitamos potestades ridículas al Estado”.

 

Pero no solo se trata de ajuste. Milei también insistió en la necesidad de privatizar las empresas públicas y reducir la presión fiscal a niveles inéditos con solo seis impuestos nacionales y mayor autonomía tributaria para las provincias que podrán competir entre sí por ver quién cobra menos impuestos. Además habló de reforma laboral, tributaria y previsional.

 

El Presidente no solo habló de transformación interna, sino de cómo su modelo podría proyectarse a nivel global. “La motosierra es el símbolo de un cambio de época y el inicio de una nueva era dorada. Pero esta vez, Argentina está a la vanguardia del mundo”, planteó y describió a la Argentina como el "protagonista inesperado” en el escenario internacional.

 

Además, planteó la necesidad de ir a un acuerdo comercial con los Estados Unidos y si fuera necesario -para lograr ese acuerdo- salirse del Mercosur "que lo único que logró desde su creación es enriquecer a los grandes industriales brasileros a costa de empobrecer a los argentinos". Aparece en el horizonte un nuevo chivo expiatorio.

 

"Reformismo permanente"

Milei dejó en claro que su gobierno no busca solo una estabilización económica, sino una transformación estructural: “Este año es el de la reconstrucción de la Argentina”, dijo, enmarcando su gestión en un proceso de “reformismo permanente”.

 

También arremetió contra la dirigencia política, a la que acusó de defender el Estado con “uñas y dientes” para mantener sus privilegios. “Quieren terminar con la pobreza, terminen con el curro de la política”, disparó.

 

Y redobló la apuesta: “El único camino para cambiar este país es cambiar este Congreso”. Se mostró esperanzado de que este año más bancas estén "pintadas de violeta".

 

Seguridad, justicia y FMI

Milei también habló de inseguridad: ratificó su postura punitivista y volvió a pedirle a Axel Kicillof que renuncie. Esta vez no habló de intervenir la provincia.

 

Pidió bajar la edad de imputabilidad, agravar las penas y avanzar con una reforma migratoria. También habló de la Justicia, cuestionando el alto porcentaje de vacantes en los tribunales y anunciando que su gobierno impulsará designaciones pendientes. Volvió a atacar a la "casta política". "La Justicia no va a funcionar correctamente hasta que la política se decida a dejar de politizar los nombramientos de los jueces, fiscales y defensores públicos", dijo.

 

Fue el tramo que se peleó con Facundo Manes, que empezó a criticarlo con una Constitución en la mano. "Leela (la Constitución), Manes, te va a hacer bien, supuestamente vos entendés cómo funciona el cerebro y parece que no aprendiste nada. Leela bien. Quizás, tu versión es con inteligencia artificial y cambia de libertaria a kirchnerista, como hiciste vos, Manes". Este cruce iba a terminar en escándalo.

 

Pero el gran anuncio fue sobre un posible acuerdo con el FMI. Confirmó que Argentina está avanzando en un nuevo acuerdo con el FMI para "sanear el Banco Central y liberar el cepo cambiario" y que va a mandar ese acuerdo al Congreso. "Esperamos que este Congreso adopte la misma postura que tuvieron con todos los demás, que es acompañar desde sus bancas, apoyando al Gobierno en este nuevo acuerdo", dijo.

 

Un detalle: este tramo del discurso confirma que el FMI está exigiendo que el nuevo programa tenga amplio respaldo político, cosa que es muy difícil que pase. Es casi imposible que el peronismo acompañe un nuevo endeudamiento. Los números en el Senado están demasiado parejos para una cruzada de este tipo, especialmente en año electoral.

 

Un camino sin marcha atrás

Pero los aires triunfalistas fueron opacados por el escándalo de la noche. Santiago Caputo, el principal asesor del presidente, increpó a la salida de la Asamblea al diputado Facundo Manes. Según denunció el radical, le dijo que lo iba a perseguir "con todo el peso del Estado" por haber interrumpido en el discurso al Presidente. El relato agrega que hubo empujones y palmadas; incluso se habló de golpes. El tema va a terminar con una denuncia en la Comisaría por parte del presidente del bloque que integra Manes.

 

Más allá de la gravedad de la situación (si se comprueba cierta), esta pelea terminó opacando el discurso de Milei. Caputo logró que se desvíe la atención una vez más; algo parecido había pasado con su intervención en el programa de Joni Viale.

 

Milei cerró su discurso reafirmando su liderazgo y dejando un mensaje claro: el ajuste continuará con o sin apoyo político. “Si no acompañan, lo vamos a hacer igual”, advirtió a los legisladores.

 

Con la retórica de siempre, el Presidente insiste en refundar la Argentina desde cero y convertirla en un laboratorio de anarco capitalismo. La pregunta es si va a poder sostener este modelo sin chocar con la realidad social y política del país que -contrariamente a lo que describió en su discurso- todavía no termina de ver la luz al final del túnel.

 

Por Pablo Winokur

 


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