Procesando. Por favor aguarde...
Es un antro de corrupción y una cueva de ñoquis a cielo abierto. Se trata de nuestra Legislatura provincial que llegó al colmo de tener 455 “asesores”.
La enorme mayoría de estos “Asesores” son ñoquis, no cumplen horarios, no tienen trabajo registrado y muchos no viven en la provincia. De esta forma los representantes de los fueguinos estafan en la cara a sus propios vecinos.
Cada Legislador tiene su Pyme, la mayoría de estos “asesores” son puntero políticos o “adscriptos” para no ir a su trabajo y cobrar un sueldo del Estado sin nisiquiera vivir en la provincia. Lo pero es que todo indica que la sociedad ha naturalizado esta estafa monumental. Nadie hace nada y los propios legisladores solo esbozan una sutil sonrisa.
Por lo pronto, Tierra del Fuego lidera la lista de provincias con mayor cantidad de asesores por legislador, con un total de 455 asesores para tan solo 15 legisladores, lo que cuadruplica la media nacional. Esta información, publicada el 18 de junio, revela que la planta de asesores de la provincia supera en más del 90% la capacidad autorizada, generando críticas por la falta de proporcionalidad y la justificación de tantos cargos.
A pesar de que la Legislatura fueguina celebra apenas tres sesiones anuales, el número de asesores no ha dejado de crecer. El legislador con más personal a cargo es Damián Loffler (MPF), con 69 asesores. Le sigue Juan Carlos Pino, con 59 asesores, y Federico Greve, con 53. A continuación, se encuentran Victoria Vuoto (34), Miriam Martínez (28), y Pablo Villegas (22). Los legisladores con menos asesores son Natalia Graciania, quien no tiene personal asignado, Raúl Von Der Thusen (3), y Tomás García (5).
Además, la vicegobernadora y presidenta del Poder Legislativo, Mónica Urquiza, cuenta con 70 asesores, lo que eleva el número total de colaboradores y asesores a 455.
La desproporcionada cifra de asesores, comparada con otras legislaturas del país, ha generado críticas sobre la eficiencia y la justificación de tales contrataciones, especialmente considerando la escasa frecuencia de sesiones.
Lo cierto es que la sociedad parece haber naturalizado esta deformación y abuso de los fondos públicos, pese a que con sus impuestos sostiene esta legislatura, por lejos la peor de la historia fueguina.
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