Procesando. Por favor aguarde...
El presidente de la Cámara de Comercio de Río Grande José Luis Iglesias, hablo de a caídas de las ventas que ronda el 15 % interanual. También hablo de la “incertidumbre de los precios” pero nada dijo de la tremenda “especulación” y la permanente remarcación de los precios.
El dominio y/o la hegemonía de un supermercado instalado en varios puntos de la ciudad como lo es “La Anónima” hacen que los precios giren en torno a lo que este supermercado fija. “Estamos remarcando casi todos los días alguna línea de producto” le dijo a este medio un empleado de la empresa “Esta semana remarcamos todos los frescos que hace unos 20 días lo habíamos remarcado” dijo la fuente consultada confirmando que la remarcación de un producto es por lo menos dos a tres veces al mes.
Lo mismo sucede en los comercios más chicos, el kilo de asado en una carnicería del barrio llega a costar 6 mil pesos. Cualquier precio que se tome del comercio riograndense tiene un 50 % más de costo que lo que indica la página de Mercado Libre, solo para tomar un ejemplo.
Todo indica que la distorsión de precios que sufre el vecino pasa desapercibida para la Cámara de Comercio, mientras que su queja se centra en la caída de las ventas.
En un reportaje radial sobre la situación de los comercios, el titular de la misma José Luis Iglesias planteó un escenario de incertidumbre que espera se empiece a resolver después del ballotage, cuando estén más claras las reglas de juego y el modelo de país que vendrá a partir de diciembre. El sector registra una caída en la facturación del 15% respecto del año pasado y, si bien por ahora no hay pérdida de puestos de trabajo, se ha perdido calidad, porque se hacen contratos temporarios que a veces se renuevan y otras no.
“La volatilidad de los precios se debe a la incertidumbre. La inflación genera un fenómeno porque a veces la reposición dista mucho de un punto de equilibrio para realizar comercialmente una operación”, manifestó.
“Se vende y cuando se va a reponer se está en un punto distinto de la rentabilidad que se pretendía. Muchas veces no se alcanza a compensar y entendemos que el momento político, con las dificultades económicas que atraviesa el país, influye en esto. Creo que después del 19 de noviembre algunas cosas se van a clarificar. Algunos rubros se van a ver potenciados y otros disminuidos de acuerdo al sesgo económico que va a dictar la política de los candidatos, que difieren en sus posturas respecto de la economía. Todos estamos a la expectativa de una definición de la parte política”, dijo.
“En general todos los rubros están complicados, sobre todo los perecederos. Muchas veces se factura lo mismo que cuesta reponer. Por lo menos no se pierden los clientes pero es muy difícil sostenerse. Nosotros tenemos un tiempo estimado de 15 días entre que se realiza la operación en Buenos Aires, y en este país 15 días significan un 5 o un 10% más o menos. Ese es un costo directo, al margen de lo que aumente el flete o lo que sea. Es difícil aguantar esto, aparte Tierra del Fuego está en una isla y hay complejidad por el clima, el cruce por la barcaza, que no permiten tener mucha certeza de cuándo llegan los productos, porque dependemos de otro”, planteó.
“El contexto inflacionario también trae un correlato en la financiación bancaria, porque las tasas se han elevado. El que tiene que recurrir al crédito bancario para sortear esta contingencia de la falta de stock en el tiempo oportuno o la caída de ventas, hace tener una pérdida bastante importante del capital de trabajo. El endeudamiento es de un 180% más o menos”, estimó.
“El comerciante trata de buscar la vuelta cuando se empieza a quedar sin stock y trae otro tipo de productos para vender, porque la realidad es que nosotros tenemos que pagar los sueldos. Los salarios aumentan en una proporción que no se condice con la facturación y esa es una situación bastante complicada. Esto se ve en el rubro que sea. Hay atrasos con el 931, el que puede entra en una moratoria pero muchas veces se produce el cierre de la entidad crediticia si entran al Veraz. Se empieza a restringir todo y eso tiene un costo alto”, advirtió.
Indicó que “en este momento tenemos una moratoria hasta fin de año, que permite hacer reformulaciones de los pasivos que hay que afrontar, pero se está tirando para adelante un problema que existe hoy. En el mundo de los privados no existe el déficit como en el Estado. La gente se endeuda, pone en riesgo su casa, su auto o el activo que sea, a la espera de que cambie la situación de caja. Nosotros estamos un 15% debajo de lo que facturábamos el año pasado. Eso conlleva a achicar el esquema de negocios y a ver cómo financiarse en estos tiempos porque no estamos holgados. Esto es general para todos y todo el capital de trabajo está expuesto a los vaivenes de una decisión de escritorio, si sale una moratoria te beneficia y, si no salió, tenés un problema que por algún lado se tiene que solucionar, y no hay soluciones mágicas para los privados”, manifestó.
“Todo el contexto es difícil. Hace cuatro meses un alquiler que parecía caro hoy no es tan caro, porque con un contrato firmado y un 10% mensual de inflación, en tres meses se junta un 30%. Si alguien tiene que construir un local para alquilar, no hay número que aguante. Estamos en un punto de inflexión y cualquier análisis que se haga en una situación políticamente inestable va a ser erróneo, frente a dos opciones distintas. La situación puede variar por completo, y más en Tierra del Fuego donde estamos con la ley de promoción. Por ahí somos carne de cañón de los analistas de Buenos Aires. Con opiniones de este tipo todos los días cualquier persona que vive en Tierra del Fuego se preocupa, y nosotros no dependemos del turismo sino de la producción propia de nuestra ciudad, sobre todo de las fábricas”, enfatizó.
Cuotas con tarjetas: Consultado sobre los convenios con las tarjetas de crédito para ofrecer financiación, dijo que “la situación es variada. Se hacen convenios entre un comercio y una marca determinada de tarjeta, donde un día determinado una parte la pone la tarjeta y otra el comerciante para dar descuentos, cuotas o distintas alternativas. Estamos haciendo todo lo posible para que no reviente todo. Se trata de mantener activa la parte de los bancos por lo menos hasta saber las herramientas con las que se va a manejar la política económica de nuestro país. Es muy distante un proyecto del otro. Hay muchas tarjetas que tienen problemas, por el pago del mínimo. Si no se adecúa el margen que tienen las tarjetas para el pago mínimo, evidentemente las personas caen en una trampa importante, porque no se puede estar pagando el mínimo de la tarjeta con una tasa del 180% sobre el saldo. Se podrá hacer un mes de emergencia, pero a los tres meses ya no queda nada”, sostuvo.
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