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Scioli quiere ser líder dentro del PJ

La pelea por el liderazgo del PJ post-Cristina

Según el análisis de Paola Juárez columnista de Infobae sostiene, Cristina Kirchner casi no da señales sobre cómo será su vida después del 10 de diciembre cuando debe irse del poder. Con la presidencia de su esposo Néstor Kirchner, son 12 años en lo más alto que puede aspirar un político. Daniel Scioli, el candidato del oficialismo ya ofrece ministerios y piensa en las medidas que tomará si gana las elecciones. Pero quiere algo más: ser el líder del peronismo, el único. Es ése su otro gran desafío si llega a la Casa Rosada.

Hoy nadie sabe si Cristina Kirchner tiene en su mente la idea de alejarse o liderar desde El Calafate a los que -hasta hoy, al menos- le responden en forma incondicional.

La Presidenta sólo confía en un puñado de personas: su hijo Máximo, que habla muy poco; Carlos Zannini, candidato a vice de Daniel Scioli y secretario Legal y Técnico de la Presidencia; y Eduardo "Wado"de Pedro, Secretario General de la Presidencia. La regla que impone "La Jefa" es no compartir sus secretos. Los únicos indicios sobre qué hará la Presidenta después de dejar la Casa Rosada son sus mensajes durante las cadenas nacionales, en las que no parece una política en retirada. Disfruta cuando escucha los cánticos "Cristina no se va, Cristina no se va", los deja correr y tiene a su posible sucesor al lado. Scioli no hace una mueca, tiene años de ejercitar la tolerancia. Hace horas, un hombre de máxima cercanía con el gobernador bonaerense dijo: "Por suerte, la cadena del viernes fue la última". Es porque en las próximas dos semanas, la jefa de Estado no puede hacer actos públicos con anuncios de gestión porque se lo prohíbe la ley electoral, que impone una veda de 15 días para ese tipo de actos con inauguraciones varias que la Presidenta comunica en cadena nacional. Podría no cumplirla.

En el sciolismo desean que el protagonismo total en el tramo final de la carrera presidencial sea sólo del gobernador bonaerense, aunque Scioli no cree que las cadenas nacionales de Cristina Kirchner lo han perjudicado. "Cristina sigue con una imagen positiva muy alta. Eso hay que valorarlo", dicen en el entorno del candidato presidencial del Frente para la Victoria. Scioli no busca confrontar con la Presidenta, pese a que miembros del equipo que piensa lleva a la Casa Rosada si gana ya comenzaron a plantear políticas que no coinciden con el modelo que sostienen en el kirchnerismo más duro. Ese plan ya existe.

Aún sin haber votado, ya comenzó una pelea por el liderazgo del post-kirchnerismo.

Cristina Kirchner dijo en público y en la Casa Rosada que uno "nunca se deja de ser presidente" y ya anunció que le gustaría que la llamen "presidenta de corazones" cuando deje el poder. El kirchnerismo duro considera que la Presidenta seguirá liderando "el proyecto", es decir, el peronismo que está contenido en el Frente para la Victoria. Uno de los que sostiene esta teoría es el jefe de Gabinete y candidato a gobernador bonaerense, Aníbal Fernández. "Cristina es la conductora natural del movimiento y lo va a seguir siendo", suele decir.

El candidato presidencial del FPV quiere llegar a la Casa Rosada y desde ahí ser también el jefe del peronismo. "La jefatura del peronismo siempre es de quien es el presidente", dijo categórico uno de los hombres que mejor conoce al gobernador bonaerense. No hay fisuras en ese discurso. Esta postura no implica ruptura alguna con Cristina Kirchner pero sí el límite que Scioli impondrá si logra ganar las elecciones presidenciales. Ahí estará el primer eje de disputa entre el kirchnerismo y el sciolismo.

El sector que responde a Scioli ya tiene el apoyo de la estructura tradicional del PJ, que hoy está representada por los gobernadores. Dos de ellos son las caras visibles de esa alianza de poder con la que el gobernador bonaerense tiene pensado llegar al poder. Ellos son Juan Manuel Urtubey (Salta) y Sergio "El Pato" Uribarri (Entre Ríos). Urtubey ya dio la primer señal cuando el kirchnerismo lo fustigó por haber dicho en Estados Unidos que la próxima administración argentina tiene que arreglar con los fondos buitres: dijo además que los que los critican en dos meses se van del poder. Fue la primera advertencia de los hombres fuertes del PJ que respetan a Cristina Kirchner pero que después del 10 de diciembre ya no los conduce más. "El proyecto ahora es Daniel", dijo hace horas uno de ellos.

Además de Urtubey y Uribarri, el resto de los gobernadores del PJ forman parte de la red de contención el poder que piensa tener Scioli. Por eso los quiere en su eventual gobierno. Lo último que anunció fue que el gobernador de Misiones, Maurice Closs, un radical aliado al PJ ,como futuro ministro de Turismo, si llegan al poder. Es conocido que Uribarri sería ministro del Interior y aún se mantiene la incógnita si Urtubey, que fue reelecto en su provincia, podría ocupar los primeros meses del gobierno el cargo de Canciller, con el objetivo de encabezar con Scioli las misiones para salir a buscar inversiones.

Entre los hombres de confianza del gobernador se habla de que la relación con la Presidenta está en un buen momento y no creen que haya dificultades en el tramo final de la campaña. "No hay señales de alarma para nosotros. Están permeables cien por ciento y no podemos decir nada. Nosotros somos los que mejores sabemos cuando nos quieren apretar o condicionar. Tenemos ocho años de experiencia en el tema", dijo uno de los hombres de confianza del gobernador para explicar que no hay cortocircuitos con el kirchnerismo.

Hace algunos meses circularon versiones que llegaron a oídos del gobernador bonaerense sobre una supuesta intención de Cristina Kirchner de querer que Scioli, su candidato, no ganara las elecciones. Los sciolistas nunca dieron crédito a esas especulaciones, pero a dos semanas de las elecciones aseguran que ven a la Presidente con una vocación total de que el oficialismo gane en la primera vuelta.

Scioli asegura no estar preocupado por cómo podría ser su convivencia con Cristina Kirchner fuera del poder y en la Casa Rosada como presidente. En alguna sobremesa tardía en su residencia en "La Ñata" ha dicho que la Presidenta puede ser una persona de consulta, si es que ella quiere. Scioli es de los dirigentes que jamás ser refirió a Cristina Kirchner como "La Jefa", como sí le dicen en privado muchos funcionarios kirchneristas.

El futuro de Cristina

Hay incertidumbre en el sciolismo sobre cómo podría ser el futuro de la Presidenta. ¿Será que finalmente se dedicará por un tiempo a su familia, a sus nietos? Difícil de imaginar incluso para los allegados a la Presidente.

Sin embargo, un ministro recordó la anécdota que cuando se iban a definir la lista de candidatos a legisladores para las PASO, él decía en sus despacho que Cristina Kirchner no iba a ser candidata a nada, pese a las miles de especulaciones que existían en ese momento. "La escuché varias veces decir que tenía ganas de estar sin cargos, que tenía deseos de dedicarse a su familia porque fueron muchos años y ella nunca terminó de procesar la muerte de Néstor. Nadie me creía cuando lo contaba y terminó siendo así. No fue candidata y el 11 de diciembre se va", dijo el funcionario con despacho en la Casa Rosada. En el entorno sciolista nadie quiere arriesgar nada. "Hay que ver cómo juega la psicología una vez que después de 12 años, dejás el poder y te vas a tu casa", conjeturó la fuente.

Por lo pronto, el sciolismo, que hace de la no confrontación una forma de hacer política, empezó a señalar que un hipotético gobierno sciolista tendrá una impronta diferente y que Scioli será más Scioli que nunca. Ya se habla en privado del "estilo Scioli" que podría llegar a la Casa Rosada. Los formas de ese estilo son las no confrontación, el diálogo permanente, y un cambio total en la manera de manejarse con los medios. Después están las políticas de fondo y una de ellas ya choca con el kirchnerismo, que es la necesidad de arreglar con los fondos buitre para que la Argentina genere confianza en el mercado externo y que las inversiones regresen al país. También quiere bajar la retenciones y recortar los subsidios, con el objetivo de que la economía crezca. Son medidas que contradicen al modelo K.

Scioli pasa estos últimos días que lo separan de la principal prueba política de su carrera con un ritmo acelerado a fondo. Hasta algunos de sus colaboradores le pierden el rastro de la cantidad de actividades que tiene en su agenda. Sigue con su rutina matutina de levantarse a las 6 de la manaña y subirse a la cinta para hacer ejercicio, mientras toma sus principales decisiones. Scioli tiene reuniones en su casa de "La Ñata" mientras hace cinta y elíptico. No para. Y así será hasta el final de la campaña en el Luna Park.

Esta confiado, según tres fuentes de su entorno, pero no quiere que nadie dé por ganado nada. Le dijo a sus más íntimos en las últimas horas que mantengan la prudencia cuando les pregunten si gana las elecciones presidenciales en la primera vuelta. Él cree que ya consiguió los puntos que le faltaban para hacerlo. Sabe que si gana no será por un porcentaje tan amplio como ganó la Presidenta en la última elección presidencial, cuando obtuvo el 54 por ciento de los votos. Dice que no le importa, por que lo que persigue hace años lo consiguió: ser el candidato presidencial del oficialismo, pese a todos los obstáculos que tuvo que pasar, casi todos puesto por la misma fuerza política que hoy lo apoya para llegar a la Casa Rosada.


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