Durante el día de hoy, la jueza Silvia Urioste y el fiscal Rodrigo Morosoli, a cargo de la investigación que busca esclarecer el homicidio de Lola Chomnalez, recibirán los resultados de una pericia clave: el cotejo de ADN realizado al último detenido en el caso, un cuidacoches de 27 años oriundo de la localidad uruguaya de Rivera con antecedentes de violencia familiar.

El material genético se le extrajo este jueves en sede judicial y será comparado con manchas de sangre encontrada en la mochila de Lola, que apareció cerca del médano donde fue encontrado su cadáver a mediados de enero en el balneario de Barra de Valizas, donde trabajaba el detenido.

El jueves por la mañana en Valizas, el joven fue llevado por la Policía para una reconstrucción del hecho. Luego, fue trasladado de vuelta a Rocha, para que continúe su declaración en una audiencia. En la madrugada del mismo día, tras ser detenido gracias a una denuncia anónima "con elementos muy fuertes", según reconoció el ministro del Interior uruguayo Eduardo Bonomi, el sospechoso dio un relato confuso en una indagatoria de cinco horas, donde se contradijo en varios hechos, lo que generó una profunda sospecha entre los investigadores.

 Fuentes de la causa que tuvieron acceso a la confesión confirman que negó ser el autor del crimen, pero que efectivamente reconoció haber visto a la chica y que la vio "desvanecida".

Diego Chomnalez y Adriana Belmonte, los padres de Lola, están informados de esta situación por su abogado uruguayo, Jorge Barrera, que sigue el proceso de cerca, pero que viajen a Rocha todavía es una posibilidad distante.