El gobierno provincial tiene puesta la mirada en la búsqueda de inversión que vengan a la provincia a generar fuentes de trabajo, sin embargo esta misión que tiene en la mira la extracción de la turba, choca de lleno con los pronósticos que hablan de la extracción de turba a gran escala, como una actividad, que amenaza seriamente el ecosistema fueguino.

La extracción indiscriminada de turba en Tierra del Fuego generaría consecuencias irrecuperables para el ecosistema.

Tierra del Fuego concentra el 95% de las turberas argentinas, donde existe una gran variedad de las mismas.

Las turberas más comunes están formadas por el Musgo sphagnum con espesores de hasta 10 metros, con una antigüedad de 10 mil años.

Por sus características, diversidad y composición las turbas de Tierra del fuego tienen importancia internacional y algunas de ellas se encuentran entre las más bellas del mundo, quedo demostrado en el simposio mundial de turberas realizado en Ushuaia en el 2005, donde 55 expertos de 17 países declararon que las turberas fueguinas tienen una diversidad inigualable en el mundo, siendo muchas de ellas únicas.

Las turbas fueguinas Forman una parte única e irremplazable del patrimonio natural del planeta tierra.

Estos ecosistemas milenarios son muy sensibles a las actividades humanas y podrían desaparecer de no tomarse las medidas adecuadas.

La principal amenaza es la industria extractiva

Su baja demanda laboral no genera beneficios sociales en la provincia, su extracción solo genera un gran impacto en el ecosistema en su composición y también desde lo visual, con el agravante de ser una actividad no sustentable.

Las turbas brindan una enorme función al ecosistema gracias a su gran capacidad de absorber carbono

La actividad de extracción de la turba en Tierra del Fuego libera el carbono retenido por la turba durante siglos.

Otra función de gran importancia es su capacidad de retención de agua y regulación de la misma durante periodos de sequia