Río Grande.- El referente del sector rural Julio Mercado visitó los estudios de Radio Universidad 93.5 y Diario Provincia 23, donde realizó un balance de la reciente Fiesta Provincial del Ovejero en su 48° Edición.

“Fue una fecha llena de emociones, primero por poder volver al predio, segundo porque tuvimos un ganador -Ramón Silva- y también porque la gente acompañó, estaba esperando esta fiesta”.   

Agregó que “se llenó el predio, la verdad es que estuvo todo bárbaro, salvo la última hora en que diluvió, estuvimos todos bajo el agua, pero con una alegría enorme y ratifica lo que siempre decimos, que es una fiesta que no se detiene por nada, ni por la pandemia”.

Justamente en el 2020 se hizo esta fiesta unos diez días antes de declararse las medidas restrictivas por el coronavirus; en el 2021, pleno contexto de pandemia, se realizó en La Misión Salesiana con los permisos del COE y con restricciones de público, tomándose todas las medidas de seguridad sanitarias impuestas por las autoridades.

A modo de anécdota Mercado recordó que “nos ha tocado hace unos años, que llovió desde el día anterior hasta todo el domingo y la hicimos igual; fueron 50 personas y habíamos preparado muchos corderos y sobró carne como para un regimiento, pero una de las reglas que tiene la fiesta es que el hombre de campo debe trabajar en cualquier condición meteorológica y muchas veces lo hace bajo un aguacero”.

Destacó que “esta es una de las fiestas más emblemáticas de la Patagonia y está entre las diez o quince con más trayectoria en el país y estamos hablando de fiestas como la de Cosquín (Córdoba) y la Fiesta de la Vendimia (Mendoza) que tienen entre 55 a 60 años y nosotros estamos llegando a los 50 y que para una actividad que es muy particular de acá, muy genuina, lo que tiene su mérito”. 

Explicó que hay una comisión organizadora y un grupo de colaboradores. Entre quienes están en la organización, además de Julio Mercado, se encuentran el Dr. Fabián Zanini, Ivon Roberts, Carlos Peschiutta, Lucía Apolinaire, Matías Bitsch, Valentín Bitsch, el ‘Chino’ Plante de La Misión Salesiana, entre otros.

Los ganadores del Concurso de Perros Ovejeros

Julio Mercado detalló que los ganadores en el Concurso de Perros Ovejeros fueron: El primer puesto para Ramón Silva con sus canes Gitana y Sony, de la Estancia Sara Braun con 9 minutos obteniendo los 24 puntos. Le siguieron con 24 puntos también, Jorge Penchulef, con los perros Camerún y Wanchope de Estancia Los Flamencos, pero con 9’15 minutos; Juan Basilio con los perros Basura y Campero de Estancia Pilarica con 10’20 minutos. Con 18 puntos le siguieron Damián Alvarado con los canes Ona y Beca de Estancia María Behety con 8 minutos y Pedro Aldao con los perros Sopa y Chispa de Estancia Viamone con 9’30 minutos.

El Premio Maestría le correspondió a, Jorge Penchulef de Estancia Los Flamencos con sus perros Camerún y Wanchope.

El evento contó con el apoyo de la Asociación Rural de Tierra del Fuego; del InFueTur, del Municipio de Río Grande, de la UATRE, el RENATRE y del Fin del Mundo End of The World.

Un poco de historia

Julio Mercado aprovechó para realizar una breve reseña de la Fiesta Provincial del Ovejero y destacó que “nosotros hemos tomado el legado de aquellos que la fundaron para darle continuidad y esperamos que continúe por las próximas generaciones, como se la merece”.

Justamente jóvenes, entre las que se incluye a las hijas de Julio Mercado, participan de estas actividades camperas, como así también Francesco Peschiutta hijo de Carlos, “porque es muy importante que las nuevas generaciones continúen con esta fiesta”.

“Fue en 1974 cuando un grupo de vecinos, entre los que estaban Tomás ‘Tomy’ Clemens, Adrián Bitsch, el Padre José Zink, ‘Juancho’ Apolinaire y Vicente Ferrer, comenzó a pensar en una fiesta que reúna las artes y las actividades del campo y que esté abierto a toda la población que quiera ir a ver como se desenvuelve el hombre de campo, para visibilizar una actividad que es engranaje de la economía de la provincia, la región, el país y el mundo”.

Es así que en 1975 se desarrolló la primera edición organizada por este grupo de pobladores fueguinos y desde allí continúa llevándose adelante de manera ininterrumpida el primer domingo de marzo. A partir del año 1985 la fiesta comenzó a llevar el nombre de distinguidas personas que sobresalieron en la actividad ovina de Tierra del Fuego, reconociendo de esta manera a tan noble oficio.

Es así que fue llevando desde entonces el nombre de una personalidad, como ‘Juancho’ Apolinaire en honor al productor ganadero y ex intendente de Río Grande.

En principio esta fiesta se efectuaba en la Estancia Rubí, pero luego de 1978 se ubicó definitivamente en la Estancia El Roble, en el Potrero de Pechar (en el kilómetro 25 de la ruta complementaria F).

El evento central lo constituye el Concurso de Perros Ovejeros que se rige por un reglamento redactado al efecto y que tiene como base los concursos que se realizan en Europa.

Cada ovejero con sus perros (1 ó 2) debe conducir 6 ovejas por una serie de obstáculos y en un tiempo determinado. De la conjunción del tiempo empleado y la calidad el trabajo realizado, se obtiene el puntaje que determinada al ganador.

En esta prueba se adjudica el Premio Maestría a quien según el criterio del Juez y el Jurado de Campo, demuestra el mejor dominio de sus perros en el campo de competencia, al margen del tiempo empleado.

El primer premio consiste en un caballo manso y ensillado, que al trabajador participante le es de muchísimo valor.

Además de la competencia en sí, este festejo cuenta con otros certámenes campestres que amenizan la jornada: como juegos criollos y demostraciones de esquila.

También se efectúa una misa de campaña con especial recuerdo a quienes tuvieron relación con el quehacer rural y hoy ya no están. Muchos de los que asisten hoy a este evento logran un acercamiento a las faenas rurales que es muy valioso como distintivo de un oficio que se está perdiendo y comparten el tradicional almuerzo de cordero “al palo”.

Dada la importancia desde el punto de vista cultural e histórico, la Fiesta del Ovejero ha sido declarada:

-De Interés Municipal, según Decreto Municipal Nº 58/81

-De interés Provincial, según Resolución Legislativa Nº 281/98

-De Interés Turístico, según Resolución 202/12 del Instituto Fueguino de Turismo (IN.FUE.TUR)

-De Interés Parlamentario, por la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Octubre de 2002

El ovejero -pilar trabajador de los establecimientos rurales de Tierra del Fuego- tiene un espacio de valoración y reconocimiento con esta fiesta que tiene como objetivo concreto fomentar y reconocer el oficio de ovejero, destacando la habilidad del hombre de campo en el adiestramiento y manejo de sus perros para el trabajo con las ovejas.

“Cuando nos referimos al ovejero, debemos pensar en el hombre y su perro, es decir en el ovejero y el ‘barbucho fueguino’, como animal que desciende del Bearded Collie.

El hombre ovejero maneja el barbucho y sus cruzas, como también al Border Collie (de origen europeo) y Kelpie Australiano entre otros”, detalló Mercado.

Su fenotipo -como expresión externa- es no ser muy alto, de pelo más bien largo, de color ceniza, negro o gris, con una cara que en si misma lo dice todo. El entrenamiento del cachorro barbucho se inicia aproximadamente cuando el animal tiene 5 meses, trabajando junto con un animal adulto -es decir que aprende por imitación- con los rebaños de consumo, que son los más sumisos que se tienen en el casco y que están destinados al consumo inminente”.

La destreza del ovejero es medida por la labor que éste efectúa con su perro en cuanto a arrear el ganado, su resistencia, el no ser mordedor (en cuanto no debe lastimar al animal), como puntero: capaz de llevar uno solo de ellos, a todo el rebaño a su corral. La calidad de estos animales brindó renombre a sus criadores y a los establecimientos que pertenecían, tal como el criador Coyopae de estancia Maria Bethy.

La Fiesta del Ovejero distingue anualmente la figura del hombre de campo y su trabajo en torno al adiestramiento y manejo de perros para la labor cotidiana con las ovejas, en una tarea de importancia directamente proporcional para el desarrollo de la ganadería ovina en Tierra del Fuego.