Obras de envergadura postradas desde hace un largo tiempo como la ampliación de la Av. Santa Fe o la reconstrucción del sistema cloacal del casco viejo de la ciudad entre otras obras, vislumbran esa transformación que por el momento es una obsesión del municipio.

Transformar la cuarentena en un tiempo productivo fue sin dudas un acierto del equipo que acompaña al Intendente.

Sucede que mientras el encierro que se vivió el primer año de pandemia y que terminó paralizó tanto la actividad privada como pública, para el municipio de Río grande significó una oportunidad para trabajar puertas adentro en un ambicioso plan de obras públicas dando forma a decenas de proyectos que permanecían en danza, también ese tiempo fue invertido en hurgar en todos los fondos y programas nacionales disponibles. Tal vez esa fue la clave para que hoy la ciudad de Río Grande tenga obras públicas por doquier.

A medida que la barrera de la pandemia comenzó a levantarse la transformación se puso en marcha con una inversión millonaria y un objetivo claro “transformar, dinamizar y modernizar la ciudad”. Con el apoyo decidido de la Nación y una defensa activa de los fondos municipales que debe girar el gobierno provincial, Martín Pérez pudo desplegar su plan de trabajo.

Por lo pronto, no solo el impulso de la obra pública permite al Intendente transitar estos tiempos sin sobresalto pese a las dificultades socio-económicas que atraviesa el país en su conjunto.

Tener un entendimiento con los seis gremios que interactúan en el municipio es producto de una política basada en el dialogo, algo similar sucede en el Concejo Deliberante, allí se logró la aprobación del actual presupuesto que descansa sobre un acuerdo logrado con todos los sectores político con representación parlamentaria.

Martín Pérez sabe que vienen tiempos difíciles, la apuesta a una sintonía fina con el gobierno nacional y una política vecinalista fuerte son las cartas que se vislumbran en el arranque de este año. Pero mantener el ritmo de las obras, renovar los acuerdos políticos y acordar con los sectores del trabajo asoman como los nuevos desafíos. Por el momento hay un buen comienzo de esa premisa que busca transformar Río Grande, abra que esperar, ahora comienza lentamente el retorno a la actividad plena.-