Un nuevo fenómeno se produjo en la Antártida, una especie de “nieve de sangre” que se trata de una floración de algas con características particulares. Estas viven en aguas heladas con frío extremo, tiene un color rojo brillante y se puede encontrar, también, en la nieve.

La Chlamydomonas Chlamydomonas nivalis, es un alga que sobrevive en aguas de muy bajas temperaturas y en medioambientes con frío extremo. Tiene un color rojo brillante y científicos las han encontrado en determinadas zonas de la Antártida.

Según los especialistas, este fenómeno se intensificó el último tiempo debido al cambio climático. Una de las particularidades de este tipo de algas es que se pueden encontrar en glaciares y picos de montañas. En playas o lagos de agua dulce se pueden ubicar, pero con una tonalidad de color verde.

La “nieve de sangre” o “nieve roja”, como las apodan por su particular tonalidad, tiñen otros organismos de un tono más oscuro. Esta particularidad proviene de sus carotenoides, absorben la luz solar y permiten a los organismos a proliferar más.

Lo negativo de la nieve de sangre es que perjudica el cambio climático, por más de haber sido producidas por este, ya que provocan que las superficies congeladas en las que viven se derritan aún más rápido de lo esperado.

Por esta razón, este descubrimiento tiene a muchos científicos y especialistas preocupados por lo que se encuentran investigando cuál es el impacto real que puede provocar en las zonas más frías de la tierra. Un grupo de profesionales dirigido por Yukihiko Onuma, investigador de la Universidad de Tokio, crearon un modelo que busca simular el lugar más común donde se ubican estas algas, llamadas también “criósferas”.

“En consecuencia, el ecosistema en la criósfera también puede cambiar en el futuro, aunque se necesitan más estudios”, sostuvo Onuma en referencia a las investigaciones de la relación entre la nieve roja y el cambio climático.

“El trabajo que llevan a cabo tiene el potencial de ser utilizado para la predicción global de futuros fenómenos de nieve roja, que probablemente se sincronicen con el cambio climático mundial”, indica un estudio publicado en la revista de Investigación Geofísica.

El equipo de Onuma utilizará los datos del modelo en un total de 15 áreas polares de toda la tierra y compararán en un mapa global que predijo en qué áreas era más probable que aparecieran las criósferas.

Por el momento, la investigación arrojó que los organismos se vieron más beneficiados cuando la nieve caía sobre ellos, descubrieron que las algas proliferan desde la primavera hasta el verano: “Los fenómenos de nieve roja en todo el mundo se han informado a menudo en verano, cuando es más probable que ocurran tales condiciones de nieve”, explicó Onuma.

“Además de eso, la cantidad de nieve que cae durante el invierno puede ser un factor importante para controlar la duración del fenómeno de la nieve roja, porque la duración de la nieve restante está muy relacionada con él”, agregó.

La conclusión momentánea indica que los hábitats más fríos del planeta se encuentran entre los más vulnerables, ya que debido al cambio climático ahí es donde se desarrolla con mayor rapidez la nieve de sangre. Por otro lado, estas algas podrían afectar a otras especies de la zona, lo que generaría aún más daño.

“Actualmente estamos interesados en una proyección futura de los efectos de la actividad biológica en la criósfera utilizando nuestro modelo propuesto en este estudio”, indicó el científico. “Planeamos evaluar la disminución del albedo de la nieve y el aumento del carbono orgánico causado por la proliferación de algas de nieve en el clima. Por supuesto, también estamos interesados en el cambio interanual en la distribución de la nieve roja en todo el mundo”, concluyó.