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El tipo de cambio cerró debajo de $14 y hasta sobraron dólares

Prat Gay, con un buen debut y calma en los mercados

El debut post-desarme del cepo fue inmejorable. Lejos del temido "overshooting", los inversores se mostraron tranquilos y hasta hubo más oferta que demanda. No obstante, la jornada estuvo lejos de ser normal, por falta de adecuación operativa de los bancos e importadores. El Gobierno pudo festejar.

"Un éxito total, salió todo según lo planeado", le decía un exultante Alfonso Prat Gay a sus colaboradores en el debut de la economía argentina post-cepo.

El "éxito", para el ministro, fue ganarle a las expectativas de un mercado que tras cuatro años de restricciones cambiarias volvía a tener operaciones libres.

"Todos esperaban un dólar a $15 y terminó unos centavos debajo de los $14", aseguró Prat Gay entre los funcionarios que lo escuchaban.

La alegría del ministro de Hacienda estaba justificada: aunque la primera jornada fue algo caótica en lo operativo y, por lo tanto, el volumen operado fue inferior al de un día normal, el billete verde cotizó por debajo de lo previsto.

Todos tenían en claro cuál era el partido que se jugaba el primer día: el de las expectativas.

La apertura del mercado sin cepo era, ni más ni menos, que el primer test de credibilidad del equipo económico.

Entre ellos sabían que después de meses de debate entre "gradualistas" y partidarios del "shock", la opción elegida por Prat Gay era la que implicaba mayores riesgos.

El no contar todavía con todos los dólares sobre la mesa -sino con varias promesas de ingresos futuros- generaba incertidumbre respecto de qué ocurriría ante una fuerte presión de la demanda.

Así, con el fantasma de un "overshooting" sobrevolando las calles de la city porteña, las casas de cambio empezaron a remover las telarañas que se fueron formando a lo largo de estos cuatro años.

Se sabía cuál era la preferencia del Gobierno. Es verdad que Prat Gay había enfatizado que no pensaba fijar el tipo de cambio ya que eso lo haría el mercado, pero también es cierto que se ocupó de dar una pista sobre cuál era el nivel que él consideraba "normal".

La cifra que el ministro había dado como referencia era la del "contado con liquidación" -la que surge de la operatoria de compraventa de bonos argentinos a la que recurren inversores para hacerse de dólares legales- cuyo precio en la jornada previa había sido de $14,25 al cierre.

Ese número, puesto sutilmente como parámetro, iba a permitir sacar algunas conclusiones una vez finalizado el día 1:

- Un precio de $15 o más implicaría un alto nivel de ansiedad por parte del mercado.

- Uno inferior, una muestra de confianza en la nueva política. Pero, además, una confirmación de Prat Gay estaba acertado en su diagnóstico de aplicar una política de shock en vez de recurrir al gradualismo.

Jornada extraña en la city

Con una ansiedad pocas veces vista, la apertura del mercado cambiario mostró un amplio spread ($1), claro reflejo del temor de las primeras horas. El dólar se compraba a $14 y se vendía a $15.

Fue un arranque muy accidentado, ya que los bancos aún no estaban en condiciones operativas para atender la demanda, ni en ventanillas ni en sus páginas web.

"Está todo el mundo cargado de incertidumbre, porque las modificaciones son muy grandes. Es lógico el desconcierto. Durará un par de horas pero creo que todo irá encarrilándose", decía un operador en la apertura de la jornada.

En efecto, a medida que la situación se fue normalizando -después del mediodía- el flamante dólar libre fue acomodándose hasta llegar a los $13,95 para la venta (precio al que finalmente cerró) y a $13,75 para la compra.

La pizarra del Banco Nación marcó $13,95, luego de permanecer inactiva durante una hora, y se registraron leves variaciones entre las distintas entidades.

 

Si se toma esta última cifra como referencia ($13,95), entonces la devaluación de este miércoles fue del 41,8 por ciento.

La primera jornada se enmarcó en un contexto de bajo volumen, en comparación con lo que suele operarse en días normales.

"Este jueves algunos bancos no vendieron, para adecuarse a la nueva normativa, y otros tramitaron pocas solicitudes. Por otro lado, se realizaron escasas operaciones de importación, ya que las empresas de comercio exterior se están adaptando a la nueva reglamentación", afirmó un operador.

Sus afirmaciones coincidieron con lo expresado por varios de sus colegas.

En el caso de las agencias de viaje, una gran mayoría optó por no vender pasajes y servicios al exterior hasta que se defina el precio de la divisa y se adecuen los sistemas de ventas de tickets aéreos.

Estos acomodamientos generaron que en la jornada haya precios de todos los colores, que se movieron en una franja de entre $13,35 a $13,95.

"Los importadores pudieron liquidar muy poco. Se calcula que un 20% de lo pretendido, a raíz de que tuvieron que encuadrarse a las nuevas normas del Banco Central", informaron desde la firma ABC.

"También algunos bancos sufrieron serios problemas operativos y prácticamente no operaron en este nuevo sistema", completaron. Sólo se transaccionaron u$s125 millones (u$s79 millones por el MEC y u$s46 millones por el SIOPEL).

Sin embargo, los inconvenientes no alteraron el clima de calma. Conforme las horas transcurrían iban dejando atrás los temores que se habían instalado respecto de qué podía pasar cuando se le dé fin al cepo.

Y eso se reflejó en el spread entre puntas compradora y vendedora, que había arrancado en $1 y se redujo a la quinta parte, para cerrar la jornada en $0,20.

Una amplia brecha es el reflejo de que los operadores cambiarios perciben un mayor riesgo y, ante ello, buscan hacerse de una mayor diferencia en la compraventa. Por el contrario, una reducción de ese gap es sinónimo de calma.

"Canchereando" al capital

Por lo visto en la primera jornada, las cosas salieron como ni el más optimista de los funcionarios macristas se había atrevido a soñar.

En la conferencia de prensa que dio este jueves, Prat Gay destacó que casi no había habido ventas.

"Estamos muy tranquilos, porque siempre creímos que las empresas y el público tenían más dólares de los que necesitaban", afirmó.

Por momentos, la actitud del ministro hasta rozó la "canchereada". Por ejemplo, al decir esta frase que sonó como un desafío al mercado: "Lo que faltaron fueron compradores, más que vendedores".

El tiempo dirá si Prat Gay está en lo cierto al suponer que la cantidad de billetes verdes en poder del público es tan grande como para anestesiar el apetito dolarizador de los argentinos.

Por ahora, nadie le puede negar el derecho a festejar: contrariamente a lo que todo el mundo esperaba, el Banco Central -que venía sacrificando reservas a un ritmo de u$s100 millones diarios- este jueves se dio el lujo de no hacerlo y cerró su balance en cero, en términos netos.

"No perdió dólares. Es un dato que para el primer día de liberación del cepo era inimaginable", afirmó un operador que peina canas en la city porteña.

Pero hay más. Federico Sturzenegger hasta podría haber comprado divisas para reforzar reservas, si bien prefirió no hacerlo y así propiciar una caída de la cotización, hasta el nivel de $14.

Al cierre de la jornada, el Central comunicó que en el mercado mayorista, la punta vendedora cerró en $13,38. Pero acaso el dato más sugestivo es que le quedaron ofertas abiertas por unos $304 millones.

La lectura de estas cifras es que empezó a ingresar el flujo de billetes verdes prometido por los exportadores agrícolas y no hubo compradores suficientes para tomar toda esa oferta.

Hoy el Gobierno encarará su segunda jornada con un gran "hándicap": arrancar con dólares que le "sobraron" del día anterior, por si fuera necesario salir a calmar al mercado.

Tras la batalla ideológica, la lucha por la inflación


El jueves transcurrió en calma y esa tranquilidad derribó una gran cantidad de creencias y de miedos. No obstante, hoy viernes comienza a jugarse otro partido, que puede ser igual o distinto al del día previo.

Prat Gay y su equipo económico son conscientes de que no están en condiciones de relajarse, ya que la pulseada por los dólares durará un lapso prudencial de tiempo.

Sobre todo, a medida que los importadores vayan poniéndose al día con los pedidos que estaban "freezados" durante la gestión de Axel Kicillof y Alejandro Vanoli y comiencen a demandar más billetes verdes.

Pero en el "paso a paso", el debut fue inmejorable

A la par de querer ir consolidando el dominio en el plano financiero, el Gobierno se apresta a librar otra ardua batalla: evitar que la devaluación se traslade a los valores de los bienes y servicios de la economía, en particular a los productos de la canasta alimenticia.
Las reuniones con los formadores de precios y con los empresarios de supermercados ya están marcadas en la agenda.

"Hay que trabajar mucho. Creo que muchos precios que habían subido más de la cuenta, por pura especulación, tenderán a bajar", se escuchó afirmar al ministro.

Un tipo de cambio estabilizado ayuda a ese propósito, porque le resta argumento a los "aumentos preventivos" que han venido ocurriendo en las últimas semanas.

Economistas coincidieron en este punto. Aun aquellos que no tienen cercanía con el Gobierno aceptaban que el escenario post cepo lució mejor al imaginado.

Uno de los que se mostró altamente sorprendido fue Ricardo López Murphy: "El Gobierno saliente había expandido la cantidad de pesos de una forma increíble. Así que esta calma que se logró el primer día es muy importante".

La gran apuesta del macrismo era que la sociedad argentina, para la cual la devaluación siempre ha resultado una experiencia traumática, pudiera asimilar el impacto rápidamente y sin que se genere conflicto social.

"La devaluación era una medida esperada por todos. Pero si el precio termina siendo inferior al estipulado, las expectativas jugarán a favor", expresó un economista cercano al equipo económico.

"Esto juega un papel trascendental de cara a las negociaciones con las empresas formadoras de precios y también en el humor de los consumidores", completó.

Por otra parte, los productores rurales se han mostrado optimistas respecto de un incremento en la producción originalmente prevista para este año, lo que puede implicar un aporte superior al planeado, tanto en términos fiscales como en refuerzo de las reservas.

Son los primeros round y todavía Prat gay tiene que demostrar que tiene capacidad para actuar bajo presión. Pero el saldo del primer día fue que él y su equipo pudieron ganarle la batalla cultural a los defensores del cepo.

 

 


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