Procesando. Por favor aguarde...
Alfonso Prat Gay se tomó 43 minutos para definir una jugada mucho más audaz de la que el propio Gobierno había dejado trascender hasta último momento: laliberación total del cepo, el instrumento ideado por el kirchnerismo hace cuatro años para restringir el mercado cambiario.
Desde hoy jueves no habrá más restricciones para operar, más allá de los límites formales que existían antes de octubre de 2011.
La medida es toda una decisión política: implica una devaluación abrupta y exponerse alriesgo de un "overshooting" del dólar si el mercado no termina de confiar en el cambio de política y decide tomarle un test al Banco Central.
El precio se conocerá recién hoy de lo que surja en el circuito financiero, con una intervención del Banco Central, mecanismo que el propio ministro calificó como de "flotación sucia".
"Ojalá supiéramos a cuánto va a estar el dólar. Veremos mañana (por hoy). No hay un número mágico. Esto no es magia", dijo Prat Gay durante la conferencia de prensa, en obvia alusión a una de las frases de cabecera de Cristina Kirchner.
De manera solapada, el funcionario dio pistas de cuál sería el valor de referencia: apuntó quela última cotización del "contado con liqui" fue de $14,25.
Este precio, incluso, se logró ayer tras una intervención oficial: en la jornada anterior, el "contado con liqui" había cotizado a $14,80. La pregunta es si ahora el BCRA estará en condiciones de intervenir para lograr una baja tan pronunciada, si es que hiciera falta.
Ni el ministro de Economía ni el Banco Central difundieron la banda cambiaria a partir de la cual saldrán a intervenir. Ya sea para comprar en el mercado si el dólar baja de un piso deseable o si debe posicionarse como vendedor en caso de que la cotización se escape.
Esto, claro, no significa que los funcionarios macristas no tengan ya definido el nivel a partir del cual están dispuestos a vender billetes en el mercado. Es decir, a sacrificar divisas.
En principio, la estrategia es no mostrar sus cartas, porque consideran que laimprevisibilidad respecto de cómo intervendrá el Central es algo positivo, ya que dejamenos margen para la especulación.
En este sentido, expertos calificados consultados por iProfesional creen que la cifra clave será$15.
"No van a dejar que suba más allá de ese nivel, y para eso harán lo que sea necesario, tanto en términos de venta de dólares como de subas adicionales en la tasa de interés", definió un ex presidente del BCRA.
"Es una política arriesgada, pero si hay algo que ellos no pueden permitir es que el mercadovea que pierden el control. Su capital es la credibilidad", completó.
Lo cierto es que, si bien todos los economistas vieron con simpatía la filosofía de la medida aperturista, mostraron su inquietud por la decisión de adoptar una política de shock.
Concretamente, el mayor temor es si Prat Gay no asumió un riesgo demasiado alto al confiar en que el mercado cambiará su humor sólo por la promesa de un ingreso de dólares a futuro pero sin que se haya resuelto la escasez en este presente de urgencias.
Cuando se habla de la divisa estadounidense, un período de pocos días puede ser unaeternidad. Hoy, para defender el tipo de cambio, el Gobierno puso en marcha una red de contención que podría alcanzar los u$s20.000 millones. Sin embargo, la mayor parte de ese monto recién aparecerá dentro de algunas semanas.
Para la apertura de esta jornada, el Banco Central contaría sólo con el aporte de las cerealeras, que adelantarían una porción de los dólares que liquidarán en la ventanilla del BCRA durante las próximas semanas.
Según Prat Gay, ese acuerdo le dará al BCRA la posibilidad de ofertar todos los días u$s400 millones. Es algo que está por verse, y que probablemente el mercado quiera poner a examen.
El resto del "oxígeno" llegará con el correr de las jornadas: unos u$s5.000 millones de bancosinternacionales, a los que se les reconocerá una tasa de interés del 7% anual.
Y la conversión a dólares de u$s3.100 millones correspondientes al swap con China, que alcanza un total de u$s11.000 millones.
Ganaron los halcones
Tal como señaló iProfesional después del último fin de semana, en el Gabinete nacional coexistían dos posiciones sobre el levantamiento del cepo.
Una liderada por "palomas", con ideas más flexibles, como las del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, que prefería un levantamiento gradual del cepo y una devaluación por escalas.
Pero ganó el grupo liderado por los "halcones", conformado por Prat Gay y Federico Sturzenegger (BCRA), que apostaban a la desaparición de las restricciones de un solo movimiento, como finalmente ocurrió.
Con esta decisión, la suba del dólar será cercana al 50% en un solo día, lo que traerá presiones inflacionarias inevitables.
A poco del anuncio, Miguel Bein, el principal asesor de Daniel Scioli durante la campaña, fue terminante: apoyó la medida del Gobierno macrista pero admitió que él hubiese sidogradualista en la salida del cepo.
"Estábamos a punto de ver un dominó de quebrantos en el sector productivo. La situaciónera insostenible, pero yo hubiera ido más despacio para evitar un shock inflacionario y una pérdida grande del poder adquisitivo de los salarios", declaró.
Una "venta inteligente"
Así como hay inquietud desde el punto de vista financiero, si hay algo sobre lo que no quedaron dudas es sobre la jugada inteligente desde el punto de vista político. Desde el momento en que se sentó frente a los periodistas, Prat Gay evitó el término "devaluación".
Prefirió, en cambio, insistir con las bondades de una economía sin restricciones, como la que rige en todos los países.
En esa dirección, cualquier ahorrista en la Argentina podrá, desde hoy mismo, pasar por un banco o una casa de cambios y adquirir hasta u$s2 millones mensuales.
El dato no es menor: la jugada oficial ayuda a mitigar la resistencia contra una medida anti popular como una devaluación, que le quita poder adquisitivo a los salarios.
"Estamos contentos porque podemos anunciar el fin del cepo. En menos de una semana logramos cumplir con la promesa de campaña, y este es el puntapié para poner nuevamente a la economía en el sendero del crecimiento", sentenció Prat Gay durante la conferencia de prensa.
El argumento parece haber surtido efecto. No por casualidad, Axel Kicillof y los economistas filo-K han centrado sus esfuerzos en dar vuelta ese argumento: plantean que el macrismo hizo una devaluación disfrazada.
Desde ese punto de vista, la opción por el shock en el quite de las restricciones fue atinada: la conferencia de Prat Gay debe haber sido, probablemente, la única vez en la historia argentina en la que una devaluación de más del 40% fue presentada como una medida simpática y liberadora de las fuerzas productivas.
Pero claro, ahora viene el mayor riesgo: la reacción del mercado ante la decisión de quitar las barreras cambiarias.
Está claro que el Gobierno apuesta a que el cambio de expectativas le jugará a favor.
El gran interrogante es si le alcanzará al mercado con la simple ostentación de los dólaresque llegarán en el futuro al tesoro del BCRA. O si, por el contrario, habrá una demanda fuerte, en un intento por poner a prueba si la "capacidad de fuego" de Federico Sturzenegger es tan grande como se anunció ayer.
En el mercado, tras el anuncio, algunos estimaban que la demanda de divisas podría llegar a los u$s400 o u$s500 millones en las primeras 24 horas.
Otros operadores no ponían el foco tanto en las jornadas iniciales sino en lo que vaya a ocurrir más adelante: los más pesimistas no percibían la llegada de dólares más allá de los anunciados por el ministro.
Sus inquietudes pasan por qué sucederá cuando se acaben los billetes que liquiden las cerealeras y los que acerquen los bancos. O quiénes serán los que aporten otro tanto para evitar un nuevo salto del tipo de cambio.
En este sentido, está claro que la principal apuesta del Gobierno es que la confianza de los agentes económicos, desde los más chicos a los más grandes, sea su gran aliada. A primera, vista suena una estrategia demasiado arriesgada.
El temor a una disparada en precios
Prat Gay no eludió la parte complicada de su anuncio: el riesgo de que la devaluación tenga un correlato inflacionario no sólo no fue minimizado, sino que aclaró que habrá medidas en paralelo para impedir que exista un "costo social" en términos de empleo y de caída del poder adquisitivo.
"Somos concientes de que hay preocupación", apuntó.
Sobre este tema, el ministro dio dos definiciones:
● Prometió la continuidad del programa de "Precios Cuidados", ideado por el kirchnerismo para contener el alza de los productos de la canasta básica.
● Repitió que exigirán a la industria y a las cadenas de supermercados la retracción de los últimos aumentos para que los valores vuelvan a los niveles de noviembre último.
De todas maneras, el consenso entre los economistas y empresarios es que será muy difícil evitar el shock inflacionario que se percibirá en aquellos productos importados y en los transables con componentes traídos del exterior, que desde ahora se contabilizarán con undólar más alto.
Las primeras reacciones por el lado de los sindicalistas no tardaron en llegar. El titular de la CGT, Antonio Caló, estimó que "un dólar a $14 o $15 es una devaluación del 50% que van asufrir los trabajadores".
Frente a ello, adelantó que le pedirá al presidente Macri "un bono navideño de $5.000" como compensación.
En principio hay algo seguro: el final abrupto de las restricciones al dólar dará lugar a una nueva dinámica económica. Por primera vez, la sociedad transmitió un consenso de haber aceptado que el nivel de atraso cambiario era insostenible.
Algo que, en cambio, no está tan claro, es si el Gobierno tendrá la habilidad para que la partepositiva asociada a esta abrupta corrección de la divisa estadounidense (como por ejemplo la reactivación productiva y el impulso exportador) supere a los efectos negativos.
Es decir, si logrará lo que los economistas llaman una "devaluación exitosa".
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