Procesando. Por favor aguarde...
Fue la primera y más complicada etapa de su campaña post PASO. Ahora, ya consolidado en una franja que ronda los 20 a 23 puntos y con Mauricio Macri bajando en torno a los 27 o 28, el líder del Frente Renovador intentará dar un último golpe que lo meta en el ballotage.
La idea tiene además gusto a revancha casi personal: Su nueva estrategia de campaña apelará a evitar el “voto inútil” de elegir al líder del PRO, porque supuestamente no tiene chances de ganarle un ballotage al oficialista Daniel Scioli.
Esto no es enteramente cierto, aunque es verdad que en la mayoría de los sondeos, no está claro que Macri pueda imponerse al gobernador; mientras que en caso que sea Massa quien entra a la segunda vuelta, ganaría por una distancia muy cómoda, que en algunos casos llega a arañar los diez puntos de diferencia.
La idea del “voto inútil” es una devolución de gentilezas de Massa al macrismo que desde antes de las PASO buscó instalar que el ex jefe de Gabinete terminaría diluido en una polarización que hasta ahora nunca se termino de materializar. Ahora, Massa busca darle a ese votante que lo acompañó a pesar de que no aparecía con ninguna chance real –una extravagancia ante el habitual exitismo argentino- una buena noticia: Ahora la pelea empieza a ser real.
Este fin de semana se conocieron cuatro sondeos que indican que Daniel Scioli no tiene asegurado el triunfo en primera vuelta y ubican a Massa como el mejor candidato para derrotarlo en un ballotage. Según Ipsos, Cecilia Kleiman, González y Valladares y Raúl Aragón, en una eventual segunda vuelta entre Massa y Scioli, ganaría Massa. Mientras que si el opositor fuera Macri, se impondría el candidato oficialista.
Paradójicamente, en las encuestas que maneja el sciolismo en la intimidad –trabajan con Poliarquía y Hugo Haime- el triunfo ante Macri no está para nada asegurado y están prácticamente empatados en un eventual ballotage. Si es verdad, que estos encuestadores en el escenario de segunda vuelta con Massa, lo tienen al tigrense ganando con amplitud.
El otro punto de los últimos sondeos que entusiasmo al massismo, es ver que la distancia entre su líder y Macri se acortó. Casi todas las encuestas ubican a Massa en torno a los 20 puntos e incluso superando ese número y a Macri en torno a los 27 puntos.
Esto significa que Massa logró despegar de los 14 puntos que sacó en las primarias, retener todo el voto de De la Sota y ahora ya estaría empezando a superar la suma de UNA que fue de 20 puntos. Mientras que Macri que arrancó mucho más arriba -con un registro individual de 24 puntos-, todavía está a 3 puntos del total que sacó cambiemos.
Si se mide por candidato, en promedio, Massa creció al menos diez puntos y Macri sólo tres. La gran pregunta es si estos 27 puntos de Macri son su piso y ahora puede volver a crecer o se trata de una tendencia declinante que si se confirma en las próximas dos semanas, podría ponerlo en situación de empate técnico con el ex jefe de Gabinete.
Es un lugar común atribuir parte de la baja de Macri al escándalo de Fernando Niembro, aunque a esta altura, tal vez ya habría que preguntarse si la dificultad para volver a crecer no está vinculada a alguna falla más profunda de su campaña.
En el caso de Massa, la suba es atribuida -con la misma ligereza- a su persistente estrategia de presentar propuestas concretas y efectistas, al igual que mostrarse rodeado por pesos pesado de la política como José Manuel de la Sota y Roberto Lavagna, a quienes ya presentó como los dos pilares de un eventual gobierno a su cargo.
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