Procesando. Por favor aguarde...
Cristina Kirchner salió en persona a minimizar la relación de su Gobierno con Lázaro Báez. Después de que, durante tres días seguidos, el ministro Julio De Vido difundiera un listado de empresas contratistas para destacar que el empresario patagónico ocupaba los últimos puestos, la presidenta tomó la posta. En cadena nacional dijo que no es “amiga” de ninguno de los empresarios que encabezan la lista de contratistas con el Estado, que recibieron $ 596.000 millones del gobierno nacional desde 2003.
“Si hemos hecho capitalismo, lo hemos hecho para los enemigos”, se quiso diferenciar la Presidenta. “No hay ningún amigo mío, a algunos los conozco pero la mayoría no sé quienes son”, destacó.
“Se quiere mostrar que acá hay sólo dos contratistas beneficiarios”, expresó la Presidenta, pero no los especificó. Quedó claro que una es Austral. “Si los jueces o fiscales piensan que hay sobreprecios en la obra pública, que investiguen a todas las empresas, ya que si una que facturó $ 1.000 millones tiene sobreprecios, no quiero saber el que debería tener las que nos facturaron hasta 16.000 millones”, manifestó. El Poder Ejecutivo sostiene que Austral recibió obra pública por $ 1.000 millones. No incluye fondos de las provincias que fueron para esa empresa.
La Presidenta dijo que los más grandes de la obra pública son Techint (de la familia Rocca con, 16.420 millones), Electroingeniería (15.494 millones, cuyo accionista Gerardo Ferreyra es un fanático defensor del Gobierno) y IECSA (de Angelo Calcaterra, familiar de los Macri, con $ 14.050 millones).
En el cuarto puesto, llegó una modificación, que había sido anunciada por De Vido más temprano: la china Gezhouba, con $ 13.755 millones. La compañía construirá las represas hidroeléctricas de Santa Cruz (con Electroingeniería) en una obra que podría costar hasta US$ 6.000 millones.
Los orientales desplazaron a Corporación América ($ 11.369 millones). La siguen Invap ($ 11.204 millones), Odebrecht ($ 10.730 millones) y en el octavo puesto hay otro estreno, la rusa Inter Rao. La firma construirá Chihuido, una represa en Neuquén que costará más de US$ 1.950 millones, que todavía no arrancó.
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