Río Grande.- El director del hospital regional Río Grande, Dr. Oscar Ruiz, había expuesto esta semana la situación de riesgo de vidas humanas, debido a la falta de insumos básicos del hospital. Carece de antibióticos y medicamentos de uso cotidiano, entre otras falencias, con 14 millones inmovilizados en una cuenta y doce mil millones de presupuesto provincial.

Ayer, por Radio Fueguina, la jefa de la farmacia ratificó esta situación y, como encargada de la cooperadora del hospital durante mucho tiempo, dio cuenta del esfuerzo diario y a veces del propio bolsillo, para cubrir la demanda de pacientes que no tienen recursos para comprar los remedios por sus propios medios.

“Es cierto que hay falta de insumos y hay inconvenientes para mantener la provisión constante de los insumos”, sostuvo Viviana Müller, y explicó que no es problema de dinero sino de gestión: “Hay interrupción de la cadena de adquisiciones y el problema fundamentalmente es administrativo-contable. No es tanto un problema de pagos como hubo en otro momento, cuando los proveedores no cubrían por falta de pago. Hoy se ha roto la cadena de autorización de los pedidos, por falta de crédito presupuestario. Esto nos provoca rupturas constantes de stock de medicamentos e insumos de uso diario, habitual y básico para la atención de los pacientes”.

“Como responsables de la gestión de insumos, para atender a los pacientes en las consultas básicas, ya no podemos dar respuestas. Nos quedamos sin stock y no tenemos órdenes de compra pendientes de ingreso”, alertó.

Reiteró que es sólo “un problema administrativo contable”, dado que el hospital tiene 14 millones en la cuenta y no se autoriza su utilización.

Se le consultó qué medicamentos faltan y cómo se están manejando en esta crisis sin explicación: “La comunidad ya lo viene viendo, cuando llegan a la guardia les piden que compren la Buscapina, el Reliverán, que son cosas básicas que no tenemos. Los antibióticos son de uso hospitalario y generalmente en las farmacias comerciales no tienen gran stock, porque no son de dispensa habitual y sí de uso hospitalario. Además no son medicamentos baratos”, observó.

“Mucha gente no puede comprar los medicamentos en forma particular. Por lo general los que trabajamos en el hospital, muchas veces compramos la medicación nosotros, porque hay personas que están solas, que no tienen medios, y de alguna manera lo tenemos que cubrir. También las instituciones privadas de la ciudad nos prestan, el hospital de Ushuaia nos presta, pero llega un momento en que no pueden prestarnos más. Es preocupante porque es el hospital público y el centro de mayor complejidad que tiene la ciudad”, subrayó.

Viviana Müller trabaja desde enero de 2004 y eligió el hospital: “Creo firmemente que el hospital público, como centro de mayor complejidad, tiene que estar preparado. Uno sigue insistiendo y pone la propia salud, el tiempo. Es decisión mía trabajar acá y apuesto al hospital, porque sé que puedo hacerlo, pero ya me quedan cortas las manos”, se sinceró.

Meses de espera

El último pedido que ingresó corresponde al mes de enero, dijo Müller aunque resulte difícil de creer: “Los pedidos están gestionados en abril, en mayo, en junio, pero ya estamos casi sobre agosto y ya deberíamos tener el ingreso de medicamentos. Se planteó en la dirección esta problemática y gracias a la intervención de la Ministra de Salud se destrabaron 700 mil pesos, que posibilitaron la autorización de algunos de estos pedidos el jueves de la semana pasada. Después de dos meses de no autorizar ningún pedido y que las cosas se fueron acabando, no es suficiente dinero”, dijo de estos fondos liberados ahora.

No minimizó las implicancias del desabastecimiento, como tampoco lo había hecho el Dr. Ruiz: “Yo creo que estamos en riesgo, porque habitualmente tenemos quemados y estamos con serios inconvenientes de insumos y medicamentos para atenderlos. Por eso los pedidos se hacen con tiempo, con stock. Los únicos pedidos que han ingresado son los que hicimos en enero. Los que deberían haber cubierto junio, julio y agosto, se autorizaron la semana pasada y fueron algunos, no todos. Cada vez se hace más agudo el problema y nos falta gestión administrativa contable”, insistió.

Patas para arriba

La jefa de farmacia explicó que “el hospital tiene tres patas, la asistencial pura del médico con el paciente; los servicios que somos soporte, como la farmacia, laboratorio y rayos; y después hay una pata importante que es la administrativa contable y debe gestionar los fondos para el hospital. Ahora esto está patas para arriba, porque nosotros somos soportes de la administración”, señaló a partir de esta tarea de mendigar insumos básicos.

Admitió estar angustiada y no pudo decir hasta cuándo se puede soportar esta situación. “Me produce impotencia. Tengo entendido que mañana –por hoy- viene la ministro. Cuando ella viene, se destraban algunos pedidos, pero ella no vive acá y no es su función el hospital solamente. Lo que pretendo es que haya continuidad y alguna modificación. No pido saltear ningún paso administrativo o de control; pero si los pedidos hubiesen estado autorizados en mayo, no estaríamos hablando de esto, y ya lleva dos meses de trámite el expediente de compra”, concluyó.