“Tenemos claro y seguramente hablaremos a lo largo del día que la implementación de la reforma debe ser gradual para asegurar la sustentabilidad fiscal y promover un marco de previsibilidad en la sociedad”, sostuvo Peña. 

“Y también tenemos claro y así lo hemos hablado con dirigentes de distintos lugares del país, la inquietud que puede haber generado alguna de las propuestas, propuestas para ser discutidas en el marco de un consenso y en el marco de un debate parlamentario, que pueden afectar a ciertas situaciones regionales como puede ser la cuestión del azúcar, la cuestión del vino o la cuestión particular de Tierra del Fuego”, observó el jefe de Gabinete. 

Peña adelantó que “con cada uno de los sectores hemos planteado la posibilidad de generar ámbitos de diálogo la semana próxima antes de ser enviado el proyecto, donde busquemos poner sobre la mesa los números, los objetivos y trazar en todo caso un camino de acuerdo, en lo que haya acuerdo y de resolución de diferencias en los casos que haya diferencias”. 

Aclaró que “no creemos en la lógica de la imposición, en la lógica del no diálogo, lo que ha ocurrido muchas veces. Pero tampoco creemos que sea bueno dar estos debates sin una hoja de ruta, sin los números que podamos acordar, sin esa mirada de rumbo a futuro. Todas las discusiones las podemos dar a partir de ese espíritu que nos pidió el presidente,  que es que pensemos todos qué podemos aportar y no solamente como planteamos la discusión puntual de nuestro sector”.

“Creemos que claramente no hay ningún sector económico argentino, que se vea perjudicado con esta propuesta de reforma impositiva”, concluyó.