Sucede que el SUTEF pasó días atrás, de lidiar con el Gobierno a contener a propios y ajenos dentro de su estructura gremial. La denuncia contra los hermanos Sánchez Otharán, íntimos del mandamás Horacio Catena, rozó a gran parte de la comisión gremial. La demanda por fraude y usura tiene raíz en los convenios acordados por los abogados acusados y el dirigente gremial exonerado. Ahí la Justicia quiere hurgar más y tiene fuertes sospechas de convivencia, bajo la lupa hay más de 3800 créditos por un monto de 132 millones de pesos.

Por lo pronto al último paro convocado por el gremio tuvo una casi nula convocatoria. 

En el plano estrictamente político, no es nuevo decir, que mucho de lo que pase en el escenario nacional, tiene una fuerte repercusión en el armado de nuestra política vernácula.

Cuando Rosana Bertone, apoyó decididamente al candidato del FpV, Daniel Sciolí en las pasadas elecciones presidenciales, lo hizo sin soltarle la mano al gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey, esa prematura decisión política de Bertone le permite hoy jugar en un espacio más amplio, sin ataduras al Kirchnerismo y sentarse en la mesa chica del PJ Nacional.

Si bien las relaciones del gobierno provincial con la Nación le provoca urticarias a los ultra K, vale decir que el espacio que contiene al “Cristinismo” en la isla, esta reducido a dirigentes de poca monta, tanto en Río Grande como en Ushuaia, aquellos que aún levantan las banderas de “Kirchnerismo”, lo hacen más por mantener un posicionamiento dentro del mundo peronista que por propias convicciones.

Quien busca resolver su dilema dentro del PJ, es el intendente de Ushuaia, Walter Vuoto siguió los concejos encarnados por el secretario de Gobierno Oscar Souto y otros asesores estrellas. La estrategia era muy básica, fogonear el conflicto Estatal buscando reducir a la mínima expresión el liderazgo de la gobernadora. En algún momento Vuoto pensó que el conflicto se llevaba puesta la gobernabilidad, en ese punto apretó el acelerador para llegar a la presidencia del PJ local. Nada de lo pensado sucedió.

Ni el conflicto de los Estatales se llevó puesta a la gobernadora, ni Vuoto quedo revestido con liderazgo alguno dentro del PJ. Lo que no mata fortalece, parece ser la frase preferida del gobierno. Todo indica que aquel final que apuró el gobierno con el desalojo del campamento gremial, selló la suerte política de Vuoto.

Dentro de “La Cámpora” el liderazgo del Intendente prevalece, fuera de esa organización, su liderazgo es resistido.

Días atrás el vicegobernador Juan Carlos Arcando, se refirió a los tres diputados del FpV como “díscolos” del PJ, se tratan de  Martín Pérez, Matías Rodríguez y Ana Luz Carol, los tres diputados fueguinos funcionan en el bloque de la resistencia cristinista, bajo la banderas de La Cámpora.

Luego de las criticas del vicegobernador, desde el municipio capitalino se apuraron a tender puentes con el bloque “Cristinista” “Queremos que Martín Pérez sea nuestro candidato a repetir la banca” fue el ofrecimiento que le acercaron al diputado y que al parecer cayó en saco roto. Nunca hubo una respuesta del joven riograndense que piensa más en la sucesión de Melella que otra cosa.

Ese aislamiento notable que sufre Vuoto, es lo que llevó al Intendente a buscar casi con desesperación, tender puentes con el gobierno provincial. Pasando por sobre de su secretario preferido Oscar Souto, el municipio busca atreves del ex diputado Omar Becerra construir un acercamiento con la gestión provincial.

Becerra se apoya en un tejido de medios de comunicación que comen de las arcas municipales, para suplicarle al gobierno de Bertone “Hacer una agenda común de trabajo”. Por ahora las suplicas del municipio no encuentran ecos, Vuoto sueña con tener una mano a mano con Bertone. El gobierno habla de una reunión con los tres Intendentes.

Diferente es la relación con el Intendente Gustavo Melella, allí se trata de una relación pendular.

Melella, en las últimas elecciones se apoyó en una formación política hoy condenada a exterminio. El Forja. Una escinsión política del radicalismo, coaptada por el Kirchnerismo.

El Forja, le permitió a Melella navegar por varias aguas al mismo tiempo, en primer lugar fue el puente para adentrase en el FpV manteniendo un pie dentro del radicalismo.

Si bien el Forja no logró ninguna banca en la Legislatura, teniendo esa meta como uno de sus objetivos principales, Melella retuvo la intendencia por un amplio margen.

Ahora el intendente de Río Grande intenta barajar y dar de nuevo. No será tarea fácil. Si bien logró en el amanecer de su reelección, aplacar la rebelión que tuvo en el Concejo Deliberante, allí los acuerdos arribados parecen estar atados con alambre.

La idea del Melella es bautizar varios sucesores, por lo pronto le prometió apoyo a todos los que le pidieron, el Intendente sueña con una “Ley de Lema” que le permita asentar su candidatura a la gobernación en varios candidatos a intendentes de diferentes sectores político. Para ello cuenta con el guiño de dos Concejales sedientos de llegar a la calle El Cano.

Si bien Melella no habla de su futuro político, todo indica que buscará ser candidato a la gobernación. El Intendente es un fenómeno de la “No política” que hasta ahora le funcionó para llegar a sus objetivos.

A Melella le gusta hablarle a la gente como si fuese un pastor. No tiene raigambre en ningún partido político. Llego a la Intendencia después de su breve paso por la secretaria de la producción y fue impuesto por Jorge Martín, un hombre que desprecio la política, de hecho tras sus tres intendencias se retiró a cuarteles de invierno, para nunca más volver al ruedo, obviamente convertido en un nuevo “millonario fueguino”.

Melella sueña con un armado político transversal, sabe que no cuenta con la UCR del ex Intendente Federico Sciurano y mucho menos con el PJ dominado por Bertone y compañía. Por ahora logró tener un Concejo Deliberante adicto, con excepción de Laura Colazo.

También el Mopof riograndense escapa de los planes del Intendente, allí miden a diario la actitud displicente del presidente del Concejo Alejandro Nogar, aunque ya hay quienes trabajan para que la Senadora Miriam Boyadjian regrese a sus pagos convertida en la candidata del partido provincial.

Habrá que ver cómo se las arregla Melella para construir un andamiaje político donde apoyar su candidatura. Por ahora trabaja en campear la gestión municipal, que ya le está dando algunos dolores de cabeza. Hay dos empresas constructoras ligadas a la Secretaria de Obras públicas que han crecieron fuertemente al calor de las arcas municipales en los últimos cuatro años, esas empresas están en la mira de la oposición. También Melella tiene a su secretaria preferida, Gabriela Castillo envuelta en un hecho de corrupción por cobrar sueldos indebidos.

Si bien la situación económica de la Intendencia de Río Grande es más saludable que la de Ushuaia. Melella necesita urgente de la inyección de fondos extrapresupuestarios para las grandes obras planificadas. Estos fondos dependen de la voluntad de la Nación y las llaves para conseguirlos la tiene Rosana Bertone, de ahí el delicado equilibrio en las relaciones Municipio-Gobierno.

Por lo pronto, las elecciones intermedias para buscar reemplazantes a dos bancas en el congreso de la Nación  (se van Martín Pérez y el zurdo Martínez) actúan como disparador del nuevo escenario político, habrá que ver lo que sucede. La economía vuelve a jugar un papel trascendental en todos los escenarios y la provincia no está exenta.