Es cierto que la sociedad fueguina decidió poner final a la gestión de Bertone para confiar en las promesas del Intendente de Río Grande Gustavo Melella, pero también es cierto que esa misma sociedad, decidió al final del mandato, reconocer a la propia gobernadora con una banca en el Congreso Nacional.

Rosana Bertone consiguió para el final de su mandato un apoyo popular muy importante en las últimas elecciones que la convirtieron en una de las principales dirigentes opositora del peronismo fueguino, junto a los Intendente, todos enrolados en el Justicialismo.

Sin dudas que el peso de la historia económica y social de la era del macrismo, mello sin recelos la gestión provincial. De hecho, la isla fue por lejos, la provincia más golpeada por la política neoliberal desplegada por el gobierno central.

Pese a los esfuerzos del gobierno provincial en materia económica y social, Bertone no logró su objetivo político de repetir el mandato, pero deja una gestión pública en marcha, un gobierno sin denuncias de corrupción y un plan de obras publicas a todas luces ambicioso en plena ejecución.

Hay un dato a tener en cuenta. En la última elección, el Justicialismo en todas sus variantes se mostró dentro de un mismo espacio y se vio a sus dirigentes comprometidos con la unidad. De hecho, la foto difundida en plena campaña mostrando a todos los dirigentes del peronismo en un mismo escenario, esta madurez que logro el PJ, sumado a los resultados finales de las elecciones, encendieron las dudas en el oficialismo de Melella.

Tal vez en este escenario abría que inscribir las recientes declaraciones del gobernador electo, que buscan permanentemente horadar la gestión de gobierno provincial.

Ni bien se conocieron los números que consagraron el regreso de Rosana Bertone al Congreso Nacional, Melella salió con los tapones de puntas, cuestionando la gestión y adelantando que “contratará una auditoria externa para revisar la gestión de gobierno”. De llevarse a cabo se trataría de un hecho inédito en la historia de la provincia.

Lo cierto es que, con los resultados sobre la mesa, el gobernador electo sabe que deberá lidiar con un peronismo unido como oposición política. Frente así tiene a los tres intendentes con dominio territorial, también los tres Senadores Nacionales, están en la vereda de enfrente.

Bertone no solo se retira con un fuerte apoyo popular que le valió una banca en diputado, más allá de dejar una gestión pública en marcha, conserva para sí, una inmejorable relación personal con el presidente electo Alberto Fernández.

“Me encantaría reunirme con Melella” dijo Bertone trazando un paralelismo con lo sucedido a nivel nacional, donde Macri recibió a Fernández. Por el momento no hubo una repuesta, habrá que esperar para saber si los tiempos de encuentros, pueden superar las posiciones mezquinas.