Contó que fue tentado por la legisladora radical Liliana Martínez Allende y, si bien agradeció que lo tuviera en cuenta, tomó distancia de la política nacional, la entrevista fue realizada por FM Stylo en Río Grande.

En principio fue crítico como radical de las sanciones impuestas por la UCR al intendente Gustavo Melella y otros afiliados, y por dejar desdibujado al partido frente al PRO: “El partido radical lamentablemente se ha ido perdiendo a nivel nacional, porque hoy no se habla del radicalismo y todo es el PRO. No es bueno que un partido de la trayectoria que tiene la UCR desaparezca, y no podemos cambiar de ideas de un día para otro. Río Grande va sufriendo esas consecuencias porque no hay un protagonismo fuerte y, si Gustavo (Melella) se fue a FORJA, no es el único. Se ha ido mucha gente del radicalismo, que podría haber seguido y hacer buena gestión. A mí también la UCR me suspendió cuando tomé una posición, y no me echaron porque peleamos como locos, pero a varios nos suspendieron un tiempo”, recordó.

Admitió que fue convocado por la legisladora Martínez Allende, a quien le agradeció la invitación, pero “uno todavía no toma decisiones”, y apuntó que luego recibió llamados de otros sectores y referentes. Por ahora su intención es “acompañar y ayudar”.

“Uno se toma tiempo para razonar y ver cómo encajo en esta situación. No me gustan los personalismos sino trabajar en grupo”, manifestó.

“He ido a tomar café con Gustavo para ver cómo está la cosa, me ha invitado a ver la planta potabilizadora de agua, que licitamos cuando nos íbamos, hemos ido al Mamá Margarita cuando hicimos la pileta, y hemos tenido contacto. Con la gobernadora también, porque en su momento la acompañamos para que llegue a la gobernación, con Rosana Bertone nos une una buena relación” dijo. 

Dijo que hoy camina por las calles de Río Grande, va al supermercado, habla con los vecinos y disfruta de la vida familiar y su abuelazgo. “Mucha gente me pregunta cuándo vuelvo y hasta ahora no recibí ninguna mala onda, así que estoy contento por ser reconocido en el ámbito político, que no siempre pasa”, celebró.

Lamentó la confrontación entre el gobierno y el municipio porque “son cosas que yo también las sufrí. La provincia tiene que mirar hacia el continente y los municipios a su ciudad, y a su vez la provincia tiene que mirar a los municipios para que crezcan. Yo siempre tuve disputas, lo sufrí, tuvimos juicios porque no me mandaban la plata y eso no es bueno. A veces volvía a las 3 o 4 de la mañana con las manos vacías. Podemos ser de distintos colores políticos pero las disputas no son buenas y cada uno, gobernador e intendente, tiene que respetar su rol”, recomendó.

“No es llevadero cuando tu adversario político te difama. Eso no va y yo jamás ataqué a un adversario político como me atacaron a mí o atacan a otra gente. Se gana con la gente, que te vota o te descarta”, sentenció.

 De las obras que quedaron de su gestión, mencionó particularmente el muro costanero y observó que “no tuvimos apoyo de la nación, no recibimos un peso. Fue espectacular hacer esas obras con plata propia, que es de la gente”, dijo, y destacó las obras que se fueron sumando con la gestión actual.

Por otra parte fue consultado sobre la polémica en el Concejo Deliberante de Río Grande por el aumento de impuestos, y defendió la necesidad de una actualización. “No puede ser que no aumenten impuestos cuando aumenta todo. Eso es populismo y no va”, fustigó, si bien marcó una diferencia con los incrementos desmedidos a nivel nacional. “Si los impuestos son altos y no se da un buen servicio, es otra cosa. Yo no estoy de acuerdo con lo que ha hecho el Gobierno nacional de ir aumentando tanto, porque el salario no aumentó igual. Los servicios son carísimos y no se pueden pagar. En Tierra del Fuego o en la Patagonia no se puede pasar de 400 pesos de gas a 4.000, y tiene que ser gradual, porque no aumentaron los salarios con la inflación. Con eso estoy muy disconforme a nivel nacional, pero es lo que hay”, dijo.

“Hay que poner las cosas en la balanza y aumentar un 15 o 20%, para poder seguir brindando servicios. La gente no se va a ofender porque sabe que hay una inflación terrible”, confió.

Consultado sobre su preferencia en caso de ser candidato, y si iría por la gobernación o nuevamente por la intendencia de Río Grande, respondió que “uno es fanático a full de Río Grande porque vivió ahí muchos años, mis chicos viven ahí y vuelven ahí. Todo lo que tengo lo tengo en Río Grande, a nombre mío, y no se me están terminando las divisas”, bromeó en respuesta a los que creen que su regreso tiene relación con cuestiones económicas. “Estoy jubilado y puedo tener un estándar de vida razonable. Más de eso no me interesa”, dijo