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Por el ultimátum a proveedores

Hellemeyer tomó distancia del grupo Mirgor

El presidente de AFARTE Federico Hellemeyer aclaró que no partió de la organización la nota enviada por Mirgor a sus proveedores, por la cual los intima a sumarse al congelamiento salarial, advirtiendo sobre la baja del contrato. Solamente fue “consensuada” en el ámbito de la cámara la nota que enviaron las empresas a sus trabajadores, dijo. Respecto de la postura de la UOM Río Grande, que firmó el acuerdo de congelamiento y luego dio marcha atrás, lo calificó como “un acto de esquizofrenia colectiva”, con la esperanza de que todas las partes cumplan con los compromisos asumidos. “Todavía no tenemos un panorama claro de lo que ocurre con el subrégimen industrial más allá del 31 de diciembre de 2023 y hay incertidumbre”, aseguró.

Para el presidente de AFARTE “no hay certidumbre” más allá del 2023.

Río Grande.- El presidente de AFARTE Federico Hellemeyer negó ayer que haya surgido del consenso de la organización la carta enviada por la fábrica Mirgor a los proveedores, en la que les pide adherir al congelamiento de paritarias por dos años “por escrito”, a fin de que no vean cancelados sus contratos.

Por FM La Isla, en principio aclaró que se conocieron “dos cartas”, una a los operarios y otra a los proveedores. “Esa segunda carta a los proveedores es de una empresa y no tiene detrás ningún tipo de consenso por parte de AFARTE o del conjunto de las empresas”, sentenció.

“Esto no quiere decir que nosotros tengamos una posición crítica respecto de esa carta, sino que no fue fruto de una acción consensuada, como sí lo fue la otra, la nota que las empresas enviaron a sus empleados. Eso lo hemos aclarado y, si bien fue una comunicación de los empleadores a los empleados, tuvo un grado de debate y de consenso dentro de la Cámara, respecto del mensaje final que contenía la carta”, dijo.

“La otra es una acción puntual de una compañía”, manifestó, y no descartó que “pueda estar siendo replicada por otras, pero no tiene detrás ningún tipo de coordinación”, insistió Hellemeyer, y señaló que Mirgor “es una compañía muy importante, que en su absoluta libertad en materia de relaciones comerciales con sus proveedores, toma esa tesitura”.

Consultado acerca de si se produjo algún contacto con el gremio luego de la carta enviada a los trabajadores, en la cual se les recuerda la vigencia del acuerdo de competitividad que congela las paritarias, respondió que “nosotros estamos constantemente en contacto con el sindicato, ya sea las empresas en su seno interno con las distintas comisiones internas de delegados, como nosotros con la interlocución que nos corresponde. Nuestra mirada es que el acuerdo del 13 de noviembre no tiene que ver con la suspensión de la relación colectiva ni mucho menos. Tiene que ver con la suspensión de un aspecto de la negociación colectiva permanente, que es muy importante, pero todos los demás temas y el resto de la agenda continúa con mucha vitalidad. Permanentemente estamos en comunicación con los representantes sindicales”, aseguró.

 

Sin paritarias

 

El empresario advirtió que este año será una “excepción” porque no habrá paritarias. “Nuestra paritaria tiene vigencia hasta el 30 de junio, y normalmente las conversaciones comienzan en abril o mayo o un poco antes. Este año va a ser una excepción porque tenemos vigente un acuerdo que suspende la negociación paritaria, más allá del desconocimiento de la regional de Río Grande”, dijo.

“La paritaria anterior tiene plena vigencia y de hecho en marzo hay un porcentaje remanente negociado el año pasado, que se aplica. Cuando concluye el acuerdo, esa tabla salarial queda congelada por dos años”, indicó.

Consideró que “no hay nada en qué avanzar sobre las notas, que fueron una acción de las empresas. Diálogo existe y el envío de las notas fue una decisión que se debatió internamente en AFARTE, se coordinó, cada empresa hizo el envío, y antes de hacer el envío notificó al cuerpo de delegados de cada compañía. Es un acto entre las empresas y sus trabajadores”.

“Había distintas especulaciones respecto de qué repercusiones podía llegar a generar y hasta el momento no han sido mayores, en línea con el contenido de la nota, que es bastante llano y no esconde ningún tipo de intencionalidad”, sostuvo.

“La interlocución continúa y es permanente, aunque quizás no tenga la formalidad de convocatoria de un lado o de otro”, observó.

 

Esquizofrenia colectiva

 

Puntualmente sobre la posición de la UOM Río Grande, opinó que “uno podrá no estar de acuerdo con el convenio que uno mismo suscribió en algún tipo de acto de esquizofrenia colectiva; ahora, lo que no se puede decir es que no está homologado, porque el convenio está homologado por el Ministerio de Trabajo y está firmado por ellos”, enfatizó.

“Sin perjuicio de eso, ellos desconocen el acuerdo y dicen que no lo van a acatar, pero es una manifestación. Este debate ya tiene algunos meses y me parece que de un lado y otro están más o menos claras las posiciones: la UOM pese a haber firmado esto en su momento, habrá tenido algún debate y ahora querrá las paritarias libres. Nosotros comunicamos algo un poco más profundo que un convenio firmado: comunicamos que realmente es un momento en el cual todos tenemos que recordar los compromisos que hicimos en el pasado y llevar adelante esfuerzos en el presente, para poder tener un futuro. Eso está explicado en la carta con bastante claridad”, dijo.

 

Consenso social e incertidumbre del régimen

 

Hellemeyer se atrevió a barajar cierto respaldo social a la postura de AFARTE, al margen de la posición de la UOM, dado que “la gente está considerando toda la información, más allá de las manifestaciones del sector sindical y del contenido del sector empresario en esas notas. Lo que está meditando la gente es en qué momento nos encontramos”, planteó.

Para AFARTE no hay certidumbre sobre el futuro del régimen, que tiene fecha de vencimiento: “Lo que ocurrió en 2016 en informática es claro, y la realidad es que alrededor de la industria electrónica de Tierra del Fuego todavía no tenemos un panorama claro de lo que ocurre con el subrégimen industrial más allá del 31 de diciembre de 2023 -aseveró-. Hay incertidumbre y cada uno podrá tolerar mayor o menor incertidumbre, porque es un tema subjetivo que tiene que ver con los horizontes que maneja cada uno”.

“El acuerdo que hicimos el 13 de noviembre se basa en la convicción que tenemos respecto de que podemos ser más competitivos. Si podemos ser más competitivos, vamos a aflojar la tensión que hay hoy sobre nosotros respecto de que nuestros productos son caros. Si afloja la tensión, podemos presentarnos de una manera un poco más presentable como para dar una charla abierta y franca sobre el futuro de la industria. Estamos apostando a eso. A cambio de los distintos compromisos de los distintos sectores que firmaron el acuerdo, hay un marco de certidumbre muy puntual para la gente que lo necesita, y es la cláusula de paz social que establece que están garantizadas las dotaciones de personal al 13 de noviembre de 2017 por dos años”, recordó del acuerdo.

“Son dos años, pero es un marco de protección bastante importante, en un contexto de un subrégimen que todavía no tiene un marco de certidumbre más allá del 2023 -insistió-. No es un dato menor y creo que eso es lo que está merituando la gente”.

Apuntó que “este acuerdo ha tenido mucha prensa por el aspecto negativo que tiene que ver con la suspensión de las paritarias y consecuentemente el congelamiento salarial, pero ha tenido poca difusión respecto del aspecto positivo, que es la garantía de mantener los puestos de trabajo por dos años. La gente está empezando a poner un poco en la balanza eso”.

 

Sin expectativa de crecimiento

 

Consultado sobre las perspectivas de la industria, no se plantea un crecimiento sino sostener lo que está. “El espíritu detrás del acuerdo es bajar los precios recuperando volumen. Eso es lo que nos va a permitir mantener el nivel de empleo aplicado, o sea que la gente no esté mirando la pared sino produciendo artículos electrónicos. La foto que tenemos hoy es una industria que hace diez millones de celulares por año, tres millones de televisores, un millón de aire acondicionado y algunas líneas pequeñas de microondas, autorradios y demás, que emplea en el pico del año a unas 9.500 ó 9.700 personas, y es la foto que vemos como sostenible. Es lo que creemos que hay que defender dentro de este marco de competitividad, y nuestra expectativa está en conservar este dimensionamiento”, señaló.

A diferencia del crecimiento de personal empleado que informó el ministro Caballero, Hellemeyer sostuvo que la dotación al inicio del año “es similar al año anterior. No tengo los datos cerrados porque estamos a inicios de marzo y hubo algún tipo de retraso, porque enero es un mes con bastantes días de inactividad por las vacaciones, pero deberíamos estar arrancando el año con dotaciones similares al año pasado”.

“Este año tiene una dinámica distinta en una de nuestras líneas, porque la demanda de televisores se acordeona en el primer trimestre por el mundial. Va a haber una intensa actividad de fabricación en este período, y la dinámica del resto de los productos continúa igual”, anticipó.

 

La pata del gobierno

 

También se le preguntó sobre los compromisos asumidos por el gobierno nacional en la firma del acuerdo de competitividad, como garantizar la seguridad en las rutas, para que no tengan que pagar altos costos en custodia; y el combate al contrabando. “Básicamente los compromisos que toman todas las partes en el convenio son unos 18 puntos. Hubo progresos en algunos aspectos y bastantes de ellos están sintetizados en la nota que enviaron las empresas a los empleados. Lógicamente hay temas donde la capacidad de avanzar rápidamente es dificultosa, como el tema de la seguridad en las rutas. Los cambios van a tardar en llegar. Por más que tarde, hay que insistir en remarcar todos los puntos y lo venimos haciendo. Algunos aspectos se van destrabando y otros cuestan más, pero nosotros no decaemos”, afirmó.

“Cuando firmamos este acuerdo, fuimos conscientes de que era un acuerdo de convivencia, que requería mantenimiento permanente, y es muy ambicioso. Me parece que es el principio de una discusión mucho más grande, que tiene que ver con la competitividad de la industria electrónica en Tierra del Fuego, pero también con una cierta discusión microeconómica dentro de la provincia. Está claro que este es un acuerdo que requiere constante monitoreo y asistencia y nuestra expectativa pasa por hacer ese monitoreo”, sostuvo, con la meta final de alcanzar “la transformación de la estructura de costos productiva de la actividad”.

 


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