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Denuncian que la Justicia encubrío contrabando

Otro escándalo tienen a la aduana de Río Grande como protago

Primero fueron las denuncias sobre la liberación de autos que aún no cumplían su tiempo en la isla y que tienen en la mira a varios funcionarios aduaneros. Ahora se conoció una nueva denuncia que además involucra a la Justicia Federal. El caso que salió a luz es de Julio Achaval, un empleado que con más de 20 años de trayectoria dentro de la Aduana fue apartado del organismo por ser "disfuncional al sistema". La lupa se vuelve a posar sobre la figura dl ex vicegobernador Daniel Gallo.

La aduana en el centro de los escándalos y un acta del misterioso hallazgo a la vera de la ruta 3 que nadie vio

 

“Es la punta de un iceberg que comienza a hacerse visible sobre irregularidades dentro del organismo y no sabemos dónde terminan “ dijo  Pellegrino el abogado de Achaval que fue entrevistado por el programa “La Mañana Líder”, y brindaron detalles del apartamiento irregular de la Aduana de su defendido.

El abogado Pellegrino apuntó sus críticas directamente contra la ex Administradora de la Aduana en Río Grande, Sandra Pagnussat, el ex vicegobernador Daniel Gallo, actual contador del organismo, y fundamentalmente al Fiscal Federal Marcelo Rapaport y la jueza federal ahora jubilada Lilian Herráez por la falta de avances en las investigaciones por contrabando.

¿Por qué un trabajador de buen desempeño y con una carrera de muchos años, de un día para otro se queda sin trabajo, aun no habiendo un motivo aparente?: Pellegrino asegura que cuando conoció a Achaval y comenzó a indagarlo para encarar su defensa ante la cuestión laboral, buscó entender lo que había hecho mal.

“Lo cierto es que cuando asume una empleada de la Aduana como administradora, lo despoja totalmente de sus funciones”. La empleada era Sandra Pagnussat.

Julio Achaval se inició en Aduanas en el año 1994 y pasó por seis de ellas en distintos puntos del país hasta llegar a Tierra del Fuego, donde encabezó el único procedimiento que la Aduana hizo por drogas en el Aeropuerto de Río Grande. “Cuesta entender lo que me ha pasado, en toda mi carrera todos los problemas los tuve acá. En la Aduana sos un excelente funcionario durante 20 años y en cinco minutos te ensuciaron la carrera y pasas a ser lo peor que hay”, dice. Es que de hecho, el procedimiento realizado días atrás en el Aeropuerto donde se detectaron 2.600 gramos de cocaína, fue llevado adelante por Gendarmería.

En marzo de este año el funcionario fue desplazado ¿Por qué? Incluso para él es difícil de explicar: “Entiendo que hay una relación muy cercana entre la justicia y ciertos personajes de la Aduana. Yo entiendo que puede haber ciertas afinidades, pero en ningún momento se me notificó o me dijeron que me iban a sacar las funciones, en un momento directamente me sacaron y de ser jefe de Frontera me retrocedieron siete categorías”, dice.

“Hasta ese momento no entendía por qué, pero luego entendí que yo no era de la línea de la señora Sandra Pagnussat, por el hecho de no participar o ser de confianza, no era de su confianza ni del jefe de región. Ahí empieza la persecución contra mi persona”, agrega.

Pellegrino suma: “Yo en un principio no entendía lo que me explicaba Julio, quería saber por qué tanta saña, uno empieza a averiguar y empecé a ver que Julio Achaval era totalmente disfuncional al sistema”.

En este punto nuevamente aparece en escena la figura del ex vicegobernador, Daniel Gallo, que actualmente se desempeña con un cargo en la Aduana de Río Grande. “A Julio lo desplazan del Aeropuerto que es una zona crítica del control aduanero, si después lo atamos con que Daniel Gallo es socio-dueño de Jet-Paq que es una entidad controlada por la Aduana, ahí empieza uno a descubrir algunas cosas”.

“Si Julio era verificador y lo desplazan de sus funciones, obviamente no iba a poder hurgar en las liberaciones de autos de las que estamos hablando”, remarca Pellegrino y añade que “Julio hizo una denuncia hace muchos meses sobre la situación particular de Gallo, que tiene una casa en Barracas además de sus otras propiedades de las que ya se conoce; fuimos trabajando sobre episodios que ni la Aduana ni la Justicia pueden explicar todavía”.

Cuando el abogado se refiere a la justicia apunta directamente al Fiscal Federal Marcelo Rapaport “que jugó en todo momento para el silencio y conspirar contra las aspiraciones de Achaval de hacer luz en todas estas cuestiones”, dice.

En marzo de 2014 la por entonces Administradora de la Aduana en Río Grande, Sandra Pagnussat, armó un esquema de procedimiento en la frontera, que finalizó con la recuperación de una gran cantidad de electrónicos con fines de contrabando, pero nunca se investigó las responsabilidades.

“Pagnussat en ese momento dice que sospechaba que ese día se iba a producir un contrabando. Hacen algún procedimiento desprolijo sin ningún expediente, no se entiende por qué si ella tenía esas sospechas no dio intervención a la justicia para dirigir el procedimiento, allanar, y detener como corresponde; nada de eso se hizo”, expresa Pellegrino.

Del procedimiento resulta el secuestro de una camioneta. “La tuvieron dos o tres días examinando y no encontraron nada, pero si al otro lado de la frontera encontraron un montón de mercadería abandonada. Cuando digo un montón lo es: es un camión”, detalla.

 

De hecho, lo que encontraron al costado de la ruta son: cinco televisores LED de 22 pulgadas, dos más de 32 pulgadas, once LED de 47 pulgas, dos de 55 pulgadas, cinco de 55 pulgadas de ultramarca y hasta uno de 50 pulgadas marca Sony. Además de tres refrigeradores doble puerta, según se desprende del acta labrada en el lugar.

“Todo eso fue encontrado muy cerca de la Aduana en la frontera, tirado al costado de la ruta, en la camioneta no había nada”, agrega el abogado.

“Nunca pudimos ver el acta ni la mercadería, porque este hecho fue usado como desencadenante para dispersar cuatro personas molestas en la Aduana, entre ellos Achaval”, asegura Pellegrino.

El letrado sostiene que “son personas disfuncionales a las personas corruptas” y remarca que si bien se tiende a decir que la Aduana como institución es corrupta “la Aduana no es corrupta, sino que es una institución necesaria para el país, que quizás tenga algunas personas corruptas dentro de su organización”.

Y remarca que “esta situación no tiene que ver con Achaval, simplemente fue una excusa para desplazarlo y enviarlo a Aduana de Puerto Deseado”.

 

¿Qué pasó con los elementos? ¿A quién se investigó?. A Nadie. Si bien Pellegrino asegura que hubiera sido muy fácil llegar a los autores a través del rastro de la mercadería, finalmente todos los electrónicos encontrados arrojados en la ruta fueron donados –una potestad que tiene la Aduana- a instituciones que se desconocen, y la causa fue cerrada sin más trámite por la Juez Herráez.


“Cada uno de esos productos tiene un número de serie, que le da la trazabilidad desde origen hasta la venta. Nosotros pedimos que se allane, secuestren la mercadería, releven los números de serie, que si se fijan en las actas no hay un solo número de serie, porque con eso se sabe dónde se fabricaron, dónde se vendieron, que presumimos fue Punta Arenas, y quiénes lo compraron. Era tan fácil como eso para saber quién estaba articulando el contrabando”.

A ello agrega que “esto no lo hizo la Aduana pero lo peor es que no lo hizo el Fiscal Rapaport, no lo pidió el Juzgado tampoco cuando todavía estaba la doctora Herráez. Se ciñeron a decir que la Aduana hizo un procedimiento legal que ni siquiera se remataron, se donaron no sabemos a quién”.

Pellegrino asevera que “a la justicia nunca le interesó investigar, ni siquiera fueron a la Aduana, sino que enviaron un oficio preguntando qué pasó con el acta, donde le contestan que los elementos fueron donados”. “La donación es perfectamente posible, y a justicia se quedó con esa respuesta y cerró la causa a los pocos meses. La doctora la cerró poco tiempo antes de jubilarse y el Fiscal no apeló esa situación”.

Achaval tiene claro que nada dentro del procedimiento, desde que se inició, fue casual: “Obviamente alguien avisó desde adentro de la Aduana, porque salvo que el conductor del vehículo haya sido un adivino, claramente alguien avisó. Pero como no se investigó y no hay datos de esto”.

Se trata solo de un caso, pero Pellegrino sostiene que “esta no es una maniobra aislada, hoy no sé si ocurre porque al haber todo este movimiento se debe haber frenado, pero durante mucho tiempo fue habitual”.

 

Tanto Achaval como Pellegrino se refieren a numerosas irregularidades. Y aquí aparece nuevamente en escena el nombre de Walter Eduardo Servian, involucrado en la causa por contrabando de vehículos que investiga la justicia Federal hace dos años.


“Nosotros le aportamos al tribunal por escrito planillas con agentes aduaneros que cruzaron la frontera muy a menudo, en realidad el empleado aduanero no puede hacer eso y es una falta estatutaria muy grave cruzar la frontera con destino a Punta Arenas. Aportamos ese material y que sepamos nunca se investigó, no sabemos que hizo Rapaport con eso”, dice Pellegrino.

“Walter Servian es uno de los empleados que cruzaba asiduamente la frontera en vehículos que no estaban a nombre de él. No sabemos si lo hizo con total impunidad o con total complicidad, lo cierto es que lo hizo”, añade.

Restitución laboral: La suerte laboral de Daniel Achaval quedó en manos de un Juzgado que en una primera instancia fue totalmente complaciente con la Aduana, pero en una segunda instancia se revirtió parcialmente a través de una cautelar.

“La Cámara de Comodoro después de un tiempo ordenó la restitución de Achaval, cuestión que la Aduana a través de algunos recursos no lo repuso, cuando esos recursos no debería suspender la definición judicial pero Julio todavía no está trabajando”, dice Pellegrino.

Actualmente el juicio por el contrabando de autos es la única que sigue en pie, pero no es la única, además hay un juicio laboral de Julio Achaval y otra causa que fue desestimada.

Pellegrino dice que “no es que hay un hilo conductor entre estos hechos, lo que ocurre es que hay una corrupción sistémica que algunos toleran”.

Y asegura que “la Aduana es una especie de pueblo siciliano, donde la mafia marca la pauta y el pueblo camina al ritmo de lo que le dicen los patrones, porque de ninguna manera el empleado aduanero es corrupto, lo que hay es dos, tres, cuatro, cinco corruptos que manejan la cosa, mantienen su beneficio y el resto hace su trabajo y calla, porque qué otra cosa se puede hacer”.

“Tenemos el ejemplo de Julio Achaval que no se calló la boca, metió el dedo en el enchufe y salió eyectado de la Aduana”, valora.

El letrado recuerda que “nosotros denunciamos estas irregularidades de los automóviles antes de que salga en los programas, que el señor Gallo había liberado la famosa Ferrari de Tomeo, denunciamos que tenía una colección de autos en su casa de Barracas, denunciamos un montón de cosas que fueron investigadas por otras circunstancias”.

“Creo que Gallo tiene mucho que ver con esto, no sé si es el hilo conductor, no sé si es que el dirige los piolines. Gallo hace muchos años representa a la Aduana en la Comisión del Área Aduanera Especial, donde se decide que mercadería se exporta y cual no. Es un puesto clave para ejercer poder y obviamente beneficios. No tengo dudas de que ha hecho su buen negocio Daniel Gallo con la Aduana”.

“En las tantas denuncias que hicimos dijimos que el señor Daniel Gallo no trabajaba en la Aduana y si cobraba un sueldo, no solo cobraba sueldo sino que cobraba servicios extraordinarios que son horas extras, sin trabajar. Todo esto está denunciado en un expediente que hasta ahora ha dormido sin ningún avance”, añadió.

“El único que se encuentra afuera es Achaval, ya que mientras Pagnussat se encuentra en Comodoro Rivadavia como jefa regional, Walter Servian continúa prestando servicios en la AFIP en Rio Grande sin haber sido suspendido en sus funciones”, dice Pellegrino.

Pero también sostiene que hubo una serie de hechos, por un lado amenazas telefónicas hacia Julio; y también lo que el abogado considera atentados contra su persona y hacia su esposa en dos oportunidades, relacionadas a los hechos que investigaban, que no fueron tenidos en cuenta por la justicia.

De hecho ambos recusaron tanto a la Jueza Herráez como al Fiscal Rapaport. “Yo no tengo confianza en el doctor Rapaport desde hace muchísimo tiempo porque creo que es un funcionario incompetente, incluso desequilibrado, él ha tenido problemas de agresiones físicas y verbales que tampoco se sancionan, él es el Fiscal”, dijo el abogado.

Para Pellegrino, Julio no solo es un cliente, también es un amigo. “El me enseñó que defender el honor, no transar y pelearla hasta morir es una posibilidad y debiera ser la posibilidad. De hecho el señor Achaval como consecuencia de esta situación perdió su casa, sus muebles, está pasando por una situación económica tremenda porque además se encargando de tirarle tierra por donde se le ocurra”.

“Vamos a seguir, yo intenté entrevistarme con el señor Juan José Gómez Centurión y pienso insistir en tener una reunión con él para que vea que lo que queríamos era contar esto, queremos llegar al número uno de la Aduana”.

Por último dice: “Hay gente poderosa metida en esto, nosotros no vivimos en un tarro y sabemos que hay gente que tiene relaciones con todos los gobiernos, es difícil, pero dejaría de ser abogado sino creo en la justicia, creo que vamos a tener un buen final”.

 

 

 


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