El presidente de la Cámara de Ushuaia Querciali, planteó una “tormenta perfecta” para el sector privado, en la que “se alinearon los planetas” para que todo salga mal, mencionando componentes de orden nacional y locales en esta crisis.

“Un componente es la recesión nacional sin dudas, la caída de ventas interanual en unidades es súper elevada y mucho más allá de lo esperado”, dijo en entrevista radial.

“Si bien sabíamos que el país tenía que acomodarse y había que tomar medidas, nadie esperaba estos números. Nos sorprendió a todos, a los que estaban precavidos y a los que no”, expresó.

Como componente local, “se sumó el conflicto social, con casi tres meses de acampe en la calle San Martín, y más de cinco mil puestos de trabajo que cayeron de la industria y otros sectores”.

“La recesión ha afectado a todas las actividades, no solamente al comercio, sino a la hotelería, al turismo, la gastronomía. No hay ninguna actividad que haya quedado exenta de este problema”, sostuvo.

 

Mayor desempleo: Dado que ANSES da cuenta de muchos trámites para obtener el beneficio del fondo de desempleo, se le preguntó si entre este grupo hay ex empleados de comercio, y observó que si bien no son masivos los despidos, no hay tampoco renovación. “Cuando un empleo se cae, por distintas razones, de salud, o porque se mudó, nadie está reponiendo ese empleado, porque los costos operativos son muchísimos y la recesión hace que no se pueda hacer frente a los costos fijos, como los salarios de los empleados”.

“Ningún comerciante quiere que haya desempleo, porque es la peor receta para cualquier actividad comercial. Pero tuvimos un invierno sin nieve, la baja de turismo por la crisis de Brasil. La verdad se alinearon los planetas y se puede hablar de una tormenta perfecta”, describió. 

“En Ushuaia se alinearon todos los planetas para que todo salga mal. Igual creo que esto va a ir cambiando, lentamente la inflación está bajando y por ahí para marzo o abril del año que viene deberíamos empezar a repuntar”, confió.

Menos empleo, menos circulante: La caída del empleo, sobre todo en la industria, implica menos circulante y el impacto es más fuerte porque “nuestra economía es cerrada, por nuestra situación geográfica e impositiva”, dijo Querciali. 

No pudo precisar un porcentaje de caída de circulante, pero mencionó que a esta situación “se sumó la suba de tarifas, de impuestos, que se siguen discutiendo. Si bien los entes tienen que funcionar y hay que ajustar las tarifas, hay mucha gente que no lo puede pagar. Son muchas cuestiones que han sacado circulante de la calle, porque hay gastos básicos como los impuestos que no se pueden suspender”.

Sin aumentos a estatales: Se le preguntó si además se verán afectados por la decisión de no recomponer salarios a los estatales, porque implica más retracción del consumo también. “Yo separo la cuestión política y sería bárbaro pagar el doble a todos los empleados de comercio, a los hoteleros, pero no se puede pagar más de lo que ingresa. Me encantaría que el Estado pagara el triple, pero no lo puede pagar y entonces lo tiene que recaudar por impuestos”, observó, exponiendo las consecuencias de dar aumentos a costa de aumentar la presión impositiva, como ha ocurrido.

No obstante sostuvo que “a mayor salario, privado o público, la actividad económica es buenísima para todo el mundo, pero tiene que haber un equilibrio. No se puede pagar más de lo que ingresa y el balance hay que encontrarlo”.

“El balance para nosotros es durísimo a corto plazo, pero también tenemos que hacer el ajuste nosotros, mejorar los gastos, la eficiencia. Y en algún momento, públicos y privados nos tendremos que ajustar, para que dé la balanza y podamos crecer”, manifestó.

 

Precios sin aumento: Aunque hay muchas quejas por la remarcación de precios, Querciali aseveró que no hay aumentos, “al contrario, todo el mundo está en promoción y viendo qué puede hacer para no subir los precios, vender un producto más o dar un servicio más. El que sube los precios se queda afuera del mercado y nadie tiene margen para subir precios”.

Respecto del costo de vida de Ushuaia, mayor que en otras ciudades, dijo no estar “tan convencido de que los precios sean distintos de otros lugares. También tenemos ingresos diferenciados e impuestos diferenciados. Tenemos que ver la foto entera. Todo tiene un costo y un beneficio. Ojalá podamos bajar los precios, porque a nadie le interesa subir precios y no vender. Si van por San Martín o las periféricas, o por la avenida Maipú, van a ver que los negocios están vacíos. Hoy manda el bolsillo y la gente ve dónde puede gastar, y no dónde quiere gastar”, diferenció.

En esta crisis, todos son afectados porque “todos somos consumidores, los comerciantes vamos al supermercado, al médico, a la farmacia”, subrayó Querciali, puesto que también el comerciante debió cambiar de hábitos de consumo, como parte de la cadena recesiva.

Venta puerta a puerta: Respecto de la venta puerta a puerta de productos importados, adquiridos por Internet, que comienza a aplicarse desde hoy, no aportó una buena opinión. “Ya está en todo el mundo y en definitiva elimina puestos de trabajo. En un negocio hay empleo, pero por Internet se pueden producir las mismas ventas que con veinte locales o más. Son las reglas del mercado, pero en países donde la tasa de desempleo es baja, que no supera el 2 ó 3 por ciento general, no afecta. Producirlo en un país como el nuestro, a la larga va a afectar”, afirmó.

El costo de bajar la inflación: Finalmente, ante una inflación que ha ido cediendo, el diagnóstico no fue positivo porque “la inflación bajó por la retracción de ventas, que es por pérdida de poder adquisitivo de la gente. Esto obliga a todo el mundo a replantear los gastos. Si alguien estaba excedido en sus números tiene que corregir sus gastos. Hay gente que estaba abriendo su negocio y lo tiene que replantear”, dijo. 

“A futuro habrá que planificar mejor. Cuando el país está extenuado y no da más, todos tienen que poner algo”, consideró.

Todavía falta para contar con la previsibilidad que necesita cualquier ciudadano, y que demandan las inversiones. “Creo que la tasa de interés sigue siendo carísima para cualquiera que quiere hacer algo, construir, comprar un auto. Va bajando pero falta mucho por caminar. De a poco se va estabilizando y uno todavía está viendo si vale la pena endeudarse o no”, concluyó.