Donald Trump acusó el miércoles al presidente Barack Obama de fundar el grupo Estado Islámico, y a la candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, de ser la cofundura de la organización terrorista.

"En muchos aspectos, ellos honran al presidente Obama", afirmó Trump durante un ruidoso evento de campaña en las afueras de Fort Lauderdale, en Florida. "Él es el fundador de ISIS". Repitió la acusación otras tres veces para darle énfasis y, en otro tema, se refirió al mandatario por su nombre completo: Barack Hussein Obama.

En el pasado el candidato presidencial republicano ha acusado a su rival, la demócrata Hillary Clinton, de fundar el grupo extremista. Al pasarle la culpa a Obama el miércoles, dijo que la "deshonesta" Clinton era en realidad la cofundadora del grupo.

Desde hace tiempo, el magnate ha culpado a Obama y a su exsecretaria de Estado —Clinton— de desarrollar políticas en el Medio Oriente que generaron un vacío de poder en Irak, el cual fue aprovechado por el EI. Ha criticado duramente al mandatario por anunciar que sacaría a las tropas estadounidenses del territorio iraquí, una decisión que muchos críticos de Obama dicen creó la inestabilidad en la que prosperan grupos extremistas como el EI.

La Casa Blanca declinó hacer comentarios sobre las acusaciones de Trump.

La acusación de Trump —y el hecho de que haya mencionado el segundo nombre del presidente— hizo recordar ocasiones anteriores en las que ha puesto en tela de juicio las lealtades de Obama.

En junio, cuando un agresor que dijo ser partidario del grupo Estado Islámico mató a 49 personas en un club nocturno para homosexuales en Orlando, Florida, Trump pareció insinuar que Obama simpatizaba con el grupo cuando dijo que el mandatario "no lo capta, o lo capta mejor de lo que cualquiera lo entiende".

En el pasado, Trump también ha insinuado falsamente que Obama es musulmán o que nació en Kenia, donde nació el padre del presidente. Obama, que es cristiano, nació en Hawaii.

El multimillonario hizo sus acusaciones durante su evento en un estadio deportivo, donde sus animados partidarios gritaron obscenidades sobre Clinton y exigieron al unísono "encarcelarla".