Al igual que otros dirigentes oportunistas, la ex gobernadora busca instalarse dentro del escenario político vernáculo, en tiempo que el gobierno provincial sigue envuelto en las idas y venidas de un paro Estatal que lo tiene a mal traer.

En los cálculos que hace Fabiana Ríos, los tiempos políticos que corre son los propicios para tomar una iniciativa que la vuelva al juego político, de ahí que buco romper el silencio con un manojo de dardos que apunta al corazón del gobierno provincial.

Ríos acusó a Bertone de “apropiarse” de los proyectos de obra que ella gestionó durante su mandato, al tiempo que buscó alimentar el conflicto gremial acusando a la actual gestión de atentar contra la libertad sindical por bajar el registro de gremios y querer “disciplinar” a los que quedan.

Fabiana Ríos intentó defender a los “militantes del PSP” hablando de “discriminación política” al tiempo que mecho sus criticas con una supuesta “desregulación” de la pauta publicitaria oficial.

Lo cierto es que la ex gobernadora busca desesperadamente instalarse en el centro del escenario político y desde allí convertirse en la conductora de la oposición, Fabiana olfatea que ese lugar no puede quedar en manos del Intendente Vuoto. Para la ex gobernadora el joven militante de la Cámpora carece de capacidad de mando y lo está demostrando en el poco tiempo que lleva como Intendente frente a un municipio que hace aguas por todas partes.

Por lo pronto Fabiana Ríos buscó al igual que el Intendente capitalino fogonear el conflicto e instalarse en un escenario político que le viene siendo adverso.

Ríos en su intimidad no puede superar haberse retirado de la política vernácula siendo ignorada por la inmensa voluntad popular. Ni bien puso un pie fuera del gimnasio donde entrego los atributos de gobierno, su gestión pública pasó al astrosismo.

“Despreciada por el electorado, desatendida por la sociedad, olvidada por sus viejos compinches. Después de 8 años de mirar a todos desde arriba, se bajó del poder en medio de la indiferencia general. Ni admirada ni odiada, simplemente ignorada” sostienen las crónicas de la época.

Para entender la desesperación por figurar de Fabiana Ríos hay que entender cómo se fue del poder. La ex gobernadora pasó de figurar en las tapas de las revistas por ser la primera gobernadora mujer a una fría despedida sumida en la penumbra del olvido. Sin la emoción de las despedidas. Sin discursos de hasta nunca, sin ágapes ni escraches, no hubo nada en su despedida. Ni odiada ni admirada. Ni combatida ni elogiada. Fabiana Ríos se fue de la manera que menos hubiera querido, sumida en una gran y maldita indiferencia.

Es por eso que la ex gobernadora y un puñado de agoreros que andas por las redes sociales, imagina la vuelta de “Fabi” como el ave Fénix que surge de las cenizas.

El PSP busca olvidar su última participación electoral, ese quinto lugar para la Intendencia de Ushuaia, que muchos habían imaginado como una tabla de salvación en el medio del naufragio. Cuando en realidad esa candidatura fue lo más parecido a un manotazo de ahogado, de hecho los resultados lo pintan de cuerpo y alma.

Fabiana Ríos debería mantenerse al margen del gran debate que se está dando en la gestión de Bertone y que tiene como protagonista principal a los gremios y al propio gobierno. Alguien debería decirle a la ex gobernadora que sobre sus hombros descansa el  gran despilfarro de un Estado inservible y la incapacidad para transformar cuestiones de fondo.

Ríos no hizo nada con el IPAUSS que día a día marchaba a un callejón sin salida, no tan solo no hizo nada, sino que montó una gran pantalla con discusiones vacías de contenido para luego usufructuar del viejo régimen y de paso cobrar un millonario juicio a su favor.

La ex mandataria debería disfrutar de sus abultadas cuentas bancarias y su jubilación de privilegio. Ella sabe en su intimidad que su aparición pública, no contribuye en nada al conflicto latente y mucho menos a la paz social, al contrario.

El ave Féniz, según la mitología poseía varios dones extraños que hacían que resurgiera de sus cenizas, algunos de esos dones se mezclaban como la virtud de que sus lágrimas fueran curativas, además el ave, tenía una fuerza descomunal, control sobre el fuego y gran resistencia física.

Es decir tenían cualidades que forjaron el mito. Lo que no tenía seguramente esa ave rojiza, era un resentimiento enorme, producto de la gran y maldita indiferencia.