Río Grande.- El padre Joaquín López culmina su tarea en Comodoro Rivadavia el 6 de febrero y luego será enviado a Tierra del Fuego para continuar con otra misión. “Es un hombre que ha dejado una marca muy fuerte acá y que va a ser difícil que se cubra. Estamos todos juntos para que el plan de Patio Abierto continúe con la misma fuerza con la que se viene haciendo” expresó Othar Macharashvili, presidente del Ente Comodoro Deporte del municipio, quien estuvo presente en la celebración.

Al respecto de la despedida que organizaron, el funcionario comentó: “fuimos con todos los chicos y la murga a caminar por el barrio para que el padre pueda decirle chau a todos los vecinos, y las madres y equipo de la parroquia le entregaron banderas”. El próximo sacerdote que estará a cargo de la parroquia proviene de Villa Regina; “dicen que es una persona joven con muchas ganas e impulso” comentó Macharashvili, y agregó que: “lo que nos está pasando desde hace años es que no hay más salesianos, vienen pocos, y el padre Joaquín fue uno de los que más se acercó en estos últimos veinte años a la orden de Don Bosco”.

“El agradecido y enriquecido soy yo”

Rodeado del afecto de niños y de madres de la parroquia, el sacerdote culmina sus días en la ciudad; “Me han acompañado como para agradecer estos años que pasé con ellos, en realidad el agradecido y enriquecido soy yo, porque ellos son tanta gente buena y yo soy un pobre sacerdote que ha tratado de brindarles cariño, y cuando uno siembra cariño, cosecha”, expresó Joaquín en diálogo con Crónica.

“Este es el sexto año, cumplí el tiempo establecido por los superiores. Ahora voy a Tierra del Fuego, a Río Grande, allí también tenemos una parroquia muy grande, dos colegios, un centro misionero donde hay una escuela agrotécnica, de modo que el desafío es mayor todavía que el Pietrobelli” señaló al respecto de su futuro.

Finalmente, el sacerdote destacó el trabajo realizado en el centro juvenil Patio Abierto, y en este sentido resaltó: “lo que más he disfrutado es el trabajo con los chicos, eso es lo que me llevo, ver que los chicos del barrio han ido creciendo en el deseo de ser personas buenas, de terminar la escuela, de no abandonar, de seguir progresando, eso es lo más lindo para un salesiano”.

Fuente: Diario Crónica de Comodoro Rivadavia.