La amistad franco-americana se hizo trizas anoche cuando el presidente frances François Hollande se enteró por filtraciones de Wikileaks, publicadas por el diario Liberation y el sitio Mediapart, que él y sus dos antecesores, los ex jefes de estado Jacques Chirac y Nicolás Sarkozy, habían sido rutinariamente escuchados por la NSA, la agencia de seguridad americana, entre el 2006 y el 2012. Una noticia que lo hizo enfurecer aún más hoy, al enterarse que toda la información había sido compartida por los norteamericanos con los gobiernos de Australia y Gran Bretaña.

Hollande reunió de urgencia a su Consejo de Defensa en el Palacio del Eliseo esta mañana. La nueva embajadora americana,Jean Hartley fue convocada de urgencia a la cancillería francesa por Laurent Fabius, el actual canciller y ex primer ministro francés. Los miembros de la OTAN tienen una regla de oro: no se espían entre ellos y la NSA la ha violado sistemáticamente, incluida con la canciller alemana Ángela Merkel.

La embajadora norteamericana trató de minimizar el escándalo en un tuiter, antes de la convocatoria por un furioso canciller Laurent Fabius. "Todo diplomático vive con la certeza que sus comunicaciones son escuchadas y no por un solo país” dijo en su tuit. No fue el mejor medio tal como esta la tensión. La embajadora ha sido funcionaria pública en Estados Unidos pero no tiene experiencia como diplomática profesional.

El Consejo de Defensa denunció “un hecho inaceptable” y le recordó a Estados Unidos “sus compromisos”. "Francia, que ha reforzado su dispositivo de control de control y protección, no tolerará ningún punto que pongan en peligro su seguridad y la protección de sus intereses”, anuncio en un comunicado, al finalizar su sesión de urgencia.

“Francia no escucha a sus aliados”, advirtió el ministro y vocero del gobierno socialista, Stephane Le Foll. "Nosotros vamos a pedir precisiones a la Casa Blanca”. El tenía planeado viajar a la Casa Blanca y el proyecto se mantiene. Pero ahora son los jefes de los servicios secretos franceses quienes viajarán a Estados Unidos en urgencia.

El ministro socialista Francois Rebsamen fue terminante: "Entre amigos eso no se hace. Las informaciones destiladas por la prensa son graves. Esta es una cuestión que el Presidente y el Primer Ministro han tomado con mucha gravedad”, anunció, tras el final del Consejo de Defensa en urgencia.

En el ano 2013, el presidente Barack Obama se había comprometido a no espiar a sus aliados. La Casa Blanca, que inicialmente no quiso comentar la información, admitió ahora que “Estados Unidos no escucha las comunicaciones de François Hollande”.

Durante la noche, La Casa Blanca, a través de su vocero Ned Parker, portavoz del consejo de Seguridad Nacional, dijo que “nosotros no tuvimos ni tendremos como objetivos las comunicaciones con el presidente Hollande. Como lo hemos ya indicado, nosotros no llevamos adelante operaciones de inteligencia en el extranjero salvo si existe un objetivo de seguridad nacional y especifica y valedera. Esto se aplica a todos los ciudadanos y dirigentes. Nosotros trabajamos estrechamente con Francia sobre todas las cuestiones internacionales importantes y los franceses son socios indispensables”, dijo.

No mencionó el espionaje sobre Chirac ni Sarkozy pero tampoco lo niega. Es la tercera vez que hay una advertencia de Francia a Estados Unidos por espionaje.

Para el presidente Hollande es doblemente embarazosa: se considera un amigo personal de Barack Obama, el presidente americano, y rechazo el asilo al ex espía de la CIA y lanzador de alerta, Edward Snowden, en nombre de “la amistad con Estados Unidos”. Ahora hay presiones para que acepte este asilo y los socialistas hablan de un ejercicio de retaliación contra Estados Unidos. El primer reclamo fue del presidente de la Unión de demócratas Independientes.

La oposición sarkozista también reaccionó con furia y lo consideraron un acto de deslealtad norteamericana. Claude Gueant, secretario general del Eliseo durante el gobierno de Nicolás Sarkozy, juzgó al procedimiento “inadmisible”. El diputado Pierre Lelouche, que fue escuchado cuando fue secretario de comercio exterior entre el 2010 y el 2012, los juzgó “intolerables”. Un comportamiento indigno y lamentable entre nacionales democráticas”. Propuso un código de buena conducta entre los aliados porque Estados Unidos practica el espionaje económico e industrial en Francia.

El ex presidente Jacques Chirac está gravemente enfermo y su entorno no hizo declaraciones en torno a él.

La respuesta de las escuchas está probablemente en el techo de la embajada americana en París, frente al hotel Crillon y los Campos Eliseos. Unas pantallas blancas de escuchas que corresponderían al sistema americano de inteligencia.

Los documentos norteamericanos de escucha se publicaron cuando en Francia se debe discutir y votar la ley de inteligencia, que da mayores poderes de escucha e intrusión al estado. Debe ser votada y esta es una forma de disuadir a los legisladores para que no lo hagan.

Un ex jefe de inteligencia frances, Arnaud Danjean explicó la lógica de estas mutuas escuchas: "La regla del espionaje es que es necesario que no se sepa”.

"Cuando uno es diplomático, uno sabe que es un objetivo. Cuando una persona está expuesta o se parte del principio que hay un tercer país interesado en nosotros, nosotros tomamos las medidas en consecuencia”.

Esa es la razón porque los teléfonos y oficinas del presidente François Hollande están regularmente barridos tecnológicamente para detectar infiltraciones o micrófonos y su avión vigilado 24 horas cuando viaja o está estacionado en Francia.

François Bayrou,el ex candidato a presidente por el Modem fue filosófico. "¿Quién ha pensado que el presidente francés o sus responsables públicos no han sido escuchados? La NSA es sin duda como otros servicios de inteligencia, que tienen hoy los medios tecnológicos de entrar en las redes telefónicas, Internet y saber todo lo que pasa. Es grave pero no es sorprendente” declaró.